TERAPIA DE PAREJA
La relación de pareja puede constituir una fuente de satisfacción o una fuente de conflictos que derivan en diversas patologías (depresión, ansiedad, disfunciones sexuales, adicciones, afecciones psicosomáticas, etc).
A veces los problemas surgen por diferentes formas de ver la vida, en las expectativas, estilos de crianza de los hijos, relaciones complicadas en el entorno familiar o problemas laborales o económicos.
En otras ocasiones la fuente de conflictos se deriva de un problema puntual que desestabiliza la relación y que puede llegar a destruirla, como una infidelidad, adicción de un miembro de la pareja o pérdida específica de confianza por una causa en concreto.
Dentro de la terapia de pareja cabría distinguir entre la intervención dirigida a solucionar problemas de relación por desgaste o cambio de la dinámica interactiva y la derivada de los conflictos concretos.
Los problemas de pareja no resueltos entran en una espiral basada en la interacción negativa, con mutuas descalificaciones, el abandono emocional, un estilo defensivo en la comunicación, suspicacia y distanciamiento entre ambas partes, lo que supone un clima familiar irrespirable, fuente de angustia y falto de gratificaciones.