Septiembre es la base de una montaña que se nos antoja difícil de subir. Atrás queda la improvisación, las tardes de siesta, los chiringuitos, la terrible decisión de “me baño o me doy otra vuelta en la toalla”. La vida en verano significa un paréntesis necesario para bajar nuestro ritmo mental, para centrarnos en nosotros, en lo que queremos y no tanto en las imposiciones del entorno o de los demás.
Leer más¿DEPRESIÓN POST-VACACIONAL? NO: MIEDO A LA RUTINA
Depresión post-vacacional: problema u oportunidad