El manual DSM 5 de los Trastornos Mentales, enumera diferentes tipos de Trastornos de Ansiedad. Todos ellos tienen una base en común: los pensamientos irracionales y los síntomas somáticos. Cada uno de ellos tiene diferentes formas de ser tratados.
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el coaching psicológico promueve cambios en las personas desde un enfoque integral, aunando las teorías de la motivación con otros factores individuales de cada persona
Leer másLA EXPERIENCIA DEL DOLOR
El dolor nos avisa de que algo va mal en nuestro cuerpo, pero las conductas y pensamientos que generamos a partir de ese momento son un factor modulador de la experiencia de dolor
Leer másLA EMOCIÓN DE LA IRA
La emocion de la ira supone una valoración negativa de una situación
Trabajar con la ira supone enseñar a la persona a reconocer sus emociones y a manejar las conductas que tiene asociadas
Leer más¿POR QUÉ SE ENTRA Y CÓMO SE SALE DE UNA ADICCIÓN?
Se entra en una adicción al no enfrentarse a los problemas
PUNTO CLAVE: NO SABE CÓMO AFRONTAR EL PROBLEMA
Una vez consolidada la adicción, la persona se resigna
¿ESPERAMOS A QUE LLEGUE ESE MOMENTO?
La resignación es autodestrucción
La forma de salir de una adicción es con trabajo personal
REFLEXIÓN:
Toda aquel que sale de una adicción sabe que el consumo es la forma más rápida de no afrontar un problema (y multiplicar esos problemas)
Todo adicto tiene pánico a su realidad personal
Toda persona que ha salido de una adicción es digno de admiración por su valentía
¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO?
En el TEPT se reexperimenta el acontecimiento traumático
El Trastorno de Estrés Postraumático tiene unos síntomas característicos de reexperimentación de recuerdos, activación al rememorarlos y evitación de lugares que le recuerden a las situaciones vividas
Leer másEL TRASTORNO ADAPTATIVO: IMPOSIBILIDAD DE AFRONTAR CAMBIOS ESTRESANTES
el trastorno adaptativo surge ante la imposibilidad de manejar situaciones de alto nivel de estrés
Una persona con un trastorno adaptativo es alguien que no se adaptó tan bien como las personas promedio a uno a o más situaciones desencadenantes de estrés que se presentaron en los 3 meses anteriores.
Estos pueden comprender una transición del desarrollo (matrimonio, divorcio, nacimiento de un hijo o la menopausia), ser situacionales (cambio de escuela, cambio de trabajo o sufrir rechazo social) o se puede tratar de desencadenantes múltiples de estrés que se acumularon en poco tiempo.
Leer más¿PUEDE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL HACER EL TRABAJO DE LOS PSICÓLOGOS?
La Inteligencia Artificial no puede sustituir a la Inteligencia Emocional
Reconozco que con la IA no las tengo todas conmigo.
Estoy completamente a favor de todo aquello que mejore nuestras vidas y nos permita avanzar en el conocimiento, pero, en la IA, como en todo, hay que usar, disfrutar y no abusar.
En los pasados días me he sentido desconcertada cuando un estudiante de Psicología me comentaba que los trabajos los hacía con IA. Le pregunté sobre el tema. No lo recordaba, lanzó la pregunta, Chat Gpt se lo solucionó y para qué molestarse: notable.
No recordaba absolutamente nada ni había aprendido nada. Da un poco de miedo. Recuerdo que hablamos en aquel momento sobre lo importante de lo que estaba haciendo, y reflexionando comprendió que él iba a ser importante en un futuro para las personas, y que la IA no era más que un apoyo, no una solución.
Obviamente me sentí alarmada. ¿Cómo se puede implementar un conocimiento al tratamiento de un paciente si no has aprehendido, interiorizado, abstraído lo que necesitas para tu trabajo?
Lo fácil a veces se convierte en peligroso, y cuando trabajamos con personas con patologías, con sufrimiento, que se abren con angustia en busca de nuestro conocimiento, de nuestra experiencia, no podemos enfrentarnos a esa situación sin una preparación.
La Inteligencia Artificial nos ayuda a buscar información, pero no sustituye en absoluto la reflexión y el aprendizaje.
Como parecía que no había tenido suficiente, otra persona en una charla, me sugiere que los pequeños artículos que cuelgo en mi página web sobre diferentes problemas psicológicos, los podía generar con IA.
Supongo que según la Ley del Mínimo Esfuerzo esto sería totalmente correcto, pero... cuando yo escribo algo no es científico, es divulgativo.
El objetivo es que las personas sepan cómo entiendo y manejo las diferentes patologías. Hablo de cómo un terapeuta les va a tratar, sin trampa ni cartón. Quiero que sepan qué tipo de terapeuta soy, porque para hacer un corta/pega de IA, no me conocerán a mi, sería como algo frío y sin alma.
Y ya, como remate final, una persona (tenía que ser hipocondriaco, claro), me dice que ha estado buscando información en la IA, y que cree que en pocos años la Inteligencia Artificial podrá suplir a muchísimas profesiones, como los psicólogos.
Ahí me dio el amigo. ¿Que el famoso Chat Gpt haga terapia?
La respuesta fue sencilla y de sentido común: "tú le metes información de todos los manuales del universo al Chat Gpt y te suelta el más maravilloso manual de Psicología del mundo. Pero... ¿Dónde está la parte humana? ¿la experiencia profesional?, ¿la experiencia personal?, ¿las preguntas que te hace un terapeuta por lo que va analizando y que tú no le harías a la IA?
En resumen, para mi la IA puede ser una potente herramienta de información, facilitarnos ciertos trabajos o un pozo sin fondo para personas que irán al mínimo esfuerzo.
Y por supuesto, una peligrosísima arma de doble filo para todo aquel que no comprenda que en asuntos de salud, física o mental, no sólo es imprescindible un conocimiento teórico, la experiencia profesional y vital nunca podrá ser clonada por algo no humano: artificial
ANSIEDAD, DEPRESIÓN: LAS RECAÍDAS
Cuando se ha sufrido un problema de ansiedad, queda el miedo a que vuelva a suceder
El término que describe una recaída en las enfermedades, y también en ansiedad y depresión es RECIDIVA.
Muchas personas que han pasado por un trastorno ansioso-depresivo grave y han tenido una remisión completa (están perfectas), al cabo del tiempo vuelven a experimentar síntomas parecidos y comienza un bajón anímico en el que parece que vuelve a empezar la pesadilla.
En realidad lo que está ocurriendo es que tras un periodo de tranquilidad y de bienestar emocional “algo”, una situación, un periodo de tiempo más agitado o tres discusiones más de la cuenta, hacen que la persona tenga ALGUNOS síntomas de cómo se encontró en el pasado.
Y aquí está el auténtico problema: comienza a hacerse la bola de nieve.
Vuelve el terror por volver a vivir aquellos momentos de síntomas somáticos de la ansiedad (falta de aire, sudoración, parestesias, mareos, sensación de ataque al corazón, angustia).
A ello le sigue el pensamiento obsesivo por estos síntomas y la hipervigilancia, interpretando cualquier síntoma somático como un “vuelta a empezar”.
De ello se generan sentimientos de angustia, tristeza, falta de ganas de hacer cualquier cosa (apatía), miedo y una intensa preocupación.
Y ya se sabe: una persona que se siente así actúa con tendencia al aislamiento, miedo a salir y “que le de un ataque de ansiedad”, y en general comienza a repetir conductas del pasado.
¿Tiene un trastorno ansioso-depresivo? no. Tiene un cerebro con memoria, y un poco puñetero (oye, que siempre saca primero lo malo), y ante esta situación pone en movimiento todos los pensamientos y sentimientos propios de aquel momento.
¿Qué es lo que podemos hacer? TRANQUILIDAD.
Como siempre: papel y boli, y a escribir. Sacar de la cabeza y poner en papel nuestras ideas nos ayuda a ordenarlas.
Probablemente el momento del pasado que nos llevó a tener un trastorno ansioso-depresivo estaba motivado por unas causas que ya no existen. Lo que fue un desastre ahora es un contratiempo y lo tenemos que tratar en su justa medida.
Unas sesiones de terapia pueden ser muy útiles para evitar la recidiva. Es como el que necesita unas clases de conducir para quitarse el miedo.
Con ello trabajamos para apartar estos pensamientos y atacar las conductas asociadas, asi como volver a trabajar lo que hacemos con los síntomas físicos de la ansiedad (lo mismo que con el dolor de un dedo que te das con una silla: pasar de ello hasta que deje de doler).
No dejes que un contratiempo te lleve a una recidiva. A veces la experiencia de un trastorno ansioso-depresivo es tan traumática que sólo pensar en volver a pasar por lo mismo nos empuja a lo peor.
EJERCICIO PARA BAJAR LA ACTIVACIÓN: RELAJACIÓN AUTÓGENA
La Relajación Autógena de Schultz para relajar cuerpo y mente a través de las sensaciones de peso y calor. Consta de 6 Ejercicios repartidos en 6 zonas corporales.
Este entrenamiento, que debe ser diario, busca inducir un estado de relajación en el paciente asociado a una imagen mental, de forma que cuando se sienta nervioso o con síntomas físicos de ansiedad, por medio de respiración profunda y la evocación de su imagen de paz, pueda bajar su estado de activación.
Los ejercicios se basan en sensaciones de peso, calor, ritmo cardiaco, distensión abdominal y liberación de la mente.
Cuando termines los ejercicios, para volver a tu estado basal, imagina una brisa fresca en tu frente, que te llena de una energía vigorizante y positiva.
Es el momento de empezar a mover los pies, manos, bostezar, ir poco a poco abriendo los ojos…. sintiéndote tranquilo y relajado.
PREPARACIÓN PARA EL DUELO
Cuando vemos que nuestros seres queridos se van haciendo mayores, entramos en un estado de preocupación y anticipación del miedo que nos va a suponer la pérdida
Ver cómo se van apagando, perdiendo facultades, siendo cada vez más vulnerables es un choque de realidad difícil de asimilar.
Unas personas están centradas en proporcionarles los cuidados necesarios, tarea tremendamente difícil por la dificultad de acceso a los recursos públicos, lo desorbitado del precio de las residencias privadas o el deseo de seguir viviendo en casa.
Compaginar el cuidado de un anciano dependiente con el trabajo y el cuidado de la familia desgasta, produce un estado de indefensión en los hijos/as o familiares que tienen que buscar soluciones y multiplicarse dejando atrás su propia vida.
Los cuadros de ansiedad y depresión son comunes en las personas que tienen la responsabilidad de proporcionar cuidados a una persona en el período final de su vida.
Pero hay algo muy importante que se vive en silencio, de lo que no se habla y se siente: el miedo a la pérdida. Pensar en que nuestros mayores van a fallecer produce una tristeza anticipada que las personas piensan que no van a poder superar.
Prepararse para el duelo, comprender que lo que se hace por nuestros mayores cuando nos necesitan, puede hacer que nos reconciliemos con su partida, que comprendamos su necesidad de descansar.
Haz cuando puedas, no llores lo que hiciste.
Por otra parte, la vivencia de una pérdida como interiorizar a esa persona, saber que está a nuestro lado y que la diferencia es que no podemos verla, puede resultar un alivio en nuestro sufrimiento.
Cambiemos el “no voy a volver a verla” por “siempre va a estar en mi corazón, en mi cabeza, dentro de mi”.
Os dejo un fragmento de un poema de San Agustín que personalmente a mi me dio consuelo y que hoy en día suelo recomendárselo a mis pacientes para que tengan una visión distinta de ese momento de duelo.
LA MUERTE NO ES EL FINAL
La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado.
Yo soy yo, vosotros sois vosotros.
Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo
Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mí como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente.
No toméis un aire solemne y triste.
Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí.
Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista?
Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino.
¿Veis? Todo está bien.
San Agustín de Hipona
LA LUCHA POR REDUCIR EL CORTISOL
Está muy de moda, supongo que alguien sacará provecho de esto, el considerar que hacer ejercicio físico diario reduce los niveles de cortisol.
El cortisol está de moda, como cuando nos dio por el aguacate a todas horas o la piña como forma de ligar en el super.
Existen muchísimas personas con ansiedad y otras muchísimas con estrés. Todas ellas se sienten abrumadas y su objetivo es reducir sus niveles de activación y malestar.
Les cuentan que la culpa es que tienen alta la hormona del cortisol y ya tenemos un culpable, que es de lo que se trata. Para qué pensar que existe en nuestro interior una forma de reducir los niveles de estrés y ansiedad (formas de enfocarlo diferentes en cada caso). Seguimos con nuestro problema y le damos al crossfit como si no hubiera un mañana, porque, como nos va a reducir el cortisol, pues vamos a estar perfectos…
Conclusión: como tengas una hernia de disco estás condenado a tener estrés o ansiedad, porque como no vas a poder hacer deporte, tu cortisol se elevará a elevará y la cosa va a tener poco remedio.
DESMONTANDO EL MITO
El cortisol es una hormona maravillosa y necesaria, que nos permite incrementar los niveles de glucosa en sangre, nos da energía. Pero como todo en la vida, los niveles elevados de cortisol producen la sensación de estrés crónico.
¿Es el ejercicio físico la única forma de reducir el cortisol? rotundamente no.
En primer lugar, hay que tener en consideración que hay hormonas que reducen los niveles del cortisol. En este caso es la oxitocina. Aprovecho para comentarte los “cuatro ases en la manga de la felicidad”. Las maravillosas hormonas que nos producen placer y felicidad: oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas.
Si logramos la liberación de la hormona oxitocina a nuestro organismo, reducirá los niveles de cortisol. ¿Y cómo liberar oxitocina?: Proporcionándonos placer, realizando actividades gratificantes, dedicándonos tiempo a nosotros mismos…Hacer senderismo, una buena cena con amigos, un paseo relajante, disfrutar de un lugar que nos guste, son ejemplos de formas de liberar oxitocina. También jugar con nuestros hijos, apasionarnos con un libro, bailar por casa, hacer yoga…y ojo al dato: practicar sexo de forma placentera. Es decir, si generamos oxitocina se nivela el nivel de cortisol de forma natural.
Otra cosa muy importante que tenemos que tener en cuenta es que para reducir el estrés no vale ni bajar el cortisol ni tomar una valeriana ni cosas parecidas.
Para reducir el estrés se necesita una reevaluación de nuestras actividades, una mejora de nuestra planificación, un trabajo serio en nuestras respuestas asertivas (decir siempre que sí cuando toca decir no es una bomba de estrés).
Por lo tanto, si te gusta el gimnasio, fenomenal. El deporte es salud, y sí, existe una liberación de hormonas positivas que nos hacen sentirnos mejor, pero el objetivo del deporte no puede ser por sí mismo reducir el cortisol.
Y por cierto, y muy importante. No confundir ansiedad con estrés. La forma de tratarlo es completamente diferente y los mecanismos biológicos implicados también.
Disfrutar reduce el cortisol. Disfrutar reduce la percepción de estrés.
La liberación de cortisol es efecto y no causa del estrés.
Y por favor, para más de uno que me conozco: no vayáis ahora a esgrimir que el sexo incrementa la secreción de oxitocina y baja el cortisol, que es un resumen demasiado corto y algo más se dice.
Feliz Jueves!
ANTES DE CRITICAR AL ENTORNO DE TU PAREJA, PONTE EN SU PIEL
Es frecuente que las parejas tras la etapa de enamoramiento ciego en el que todo nos parece absolutamente maravilloso, uno de ellos empiece a expresar su crítica hacia alguien del entorno del otro.
Pueden ser los “amigotes” o las “amiguitas”, hermanos de la pareja o especialmente los padres.
Una crítica puntual sobre algo que nos ha sentado mal no tiene por qué ser perjudicial, en ocasiones nuestro entorno hace algo que no nos gusta y podemos expresarlo a nuestra pareja de una forma asertiva.
¿Y cómo sería una forma asertiva? hablando de lo que nos ha molestado desde el yo, de cómo nos hemos sentido ante determinada acción. No es necesario (ni adecuado) atribuir malas intenciones, sólo expresar nuestro disgusto.
Esta forma asertiva permite a nuestra pareja posicionarnos desde la comprensión y en ocasiones hablar con aquella persona que nos ha incomodado para aclarar su posición (a nuestro lado), o justificar la acción de la persona desde un punto de vista que no es dañarnos, que puede deberse a otras circunstancias.
Otras veces nos encontramos con personas del entorno de nuestra pareja que son explícitamente hostiles y nos hacen sentir mal, si tras hablarlo con nuestra pareja la situación no cambia, lo mejor es decidir no interactuar con la persona para proteger nuestro bienestar.
Un ejemplo sería (sí, el típico), la suegra que nos hace la vida imposible y constantemente nos infravalora, porque su hijo/a es perfecto y nosotros no estamos a la altura.
Puede ser que tras el intento de nuestra pareja de hacer entrar en razón a su progenitor/a no consiga absolutamente nada, por diferentes circunstancias.
Las más comunes en Consulta son una suegra viuda que teme perder el cariño de su hijo/a y presiona para ser el centro de la vida familiar, personas directamente amargadas a las que nada les parece bien, fallos en la comunicación que se ha ido forjando entre las dos partes en conflicto y que se van enconando con el tiempo.
Cuando no conseguimos, tras hablar con nuestra pareja que “pare los pies” a la persona que nos está atacando, tenemos que pararnos a pensar poniéndonos por un momento en los zapatos del otro.
Es una cuestión que hemos experimentado cien veces: nosotros podemos quejarnos de algo que han hecho nuestros padres, amigos, hermanos y nos desahogamos con nuestra pareja. Buscamos su apoyo, en realidad no queremos que eche leña al fuego.
Sin embargo, igual que nosotros podemos criticar a alguien de nuestro entorno, normalmente, si alguien (pareja, amigos, familiares) critican a a alguien de nuestra esfera personal, automáticamente nos ponemos a la defensiva.
Esto es matemático, y debemos tenerlo en cuenta a la hora de lanzar críticas al entorno de nuestra pareja. Se puede sentir dolido, avergonzado por el comportamiento de su familiar/amigo, impotente ante una situación que se repite o harto de nuestra incomprensión.
Presionar a nuestra pareja para que “pare los pies” a la persona que nos daña no siempre es lo adecuado. Enfrentar a miembros de una familia es un caldo de cultivo perfecto para entrar en un bucle de resentimientos.
No es de recibo el tan típico: “¿No te das cuenta que esa persona te manipula?”, “Me molesta la actitud de ese familiar porque te hace daño”.
Dejemos que cada uno lidie las batallas con su entorno. No es cierto que nos enfademos porque una persona hace daño a nuestra pareja, lo que realmente nos molesta es que nuestra pareja no tome una postura más tajante.
Y cerramos volviendo al principio: ¿Y si fuera alguien nuestro el que tuviera una actitud negativa? ¿Y si a pesar de todo no podemos dejar en la estacada a esa persona? ¿Y si conocemos las características de la persona de nuestro entorno pero sabemos que por motivos determinados no la podemos hacer cambiar?
Entonces nos veríamos impotentes, dañados, incomprendidos.
Pues toca reflexionar. Reducir al mínimo la interacción, mantener una actitud neutra y considerar que una persona puede estar haciéndonos daño por sus miedos, sus vivencias anteriores, sus circunstancias personales, nos puede hacer ver la situación como de empatía hacia nuestra pareja.
Es una excelente oportunidad para demostrar nuestra madurez y lo inquebrantable de nuestra unión. No es nuestra pareja la que nos lastima.
Entrar en la crítica es abrir la puerta al dolor y la brecha. Pon límites, pero no entres en la descalificación.
LA RECIPROCIDAD NO ES EQUIDAD
Hay personas que piensan que en las relaciones personales lo que dan es lo que TIENEN que recibir.
El hecho de no recibir lo mismo que han dado les genera una sensación de resentimiento y de rabia pensando que el otro no le ha devuelto exactamente lo que él le ha dado puede llevar a baja autoestima.
Esto se produce también con frecuencia en personas pasivo-agresivas: dan mucho esperando el reconocimiento, ser consideradas buenas personas/amigas, etc. sin tener en consideración que la persona que da lo tiene que hacer por iniciativa propia, sin esperar contraprestaciones.
“Yo te doy, tu me das” sustenta una vida de comparaciones, listas de agravios, enfados por el que no estuvo tan a la altura como la persona lo estuvo en determinadas ocasiones.
Estas personas jamás son plenamente felices al no tener la iniciativa de hacer las cosas como un sentimiento, sin esperar contraprestación o el mismo trato.
Cuando algún paciente se queja amargamente de alguna persona “que no ha estado a la altura” por no comportarse igual que él/ella en un momento similar del pasado, siempre les hago una comparación:
“Imagina que tu eres un naranjo espléndido, lleno de frutos, y tu amigo es un limonero pequeño y con pocos limones. Tú le das 50 naranjas de las 500 que tienes, él te da 1 limón de los 3 que tiene”. ¿Quién ha sido más generoso?
Por otra parte si yo soy un naranjo y doy naranjas, no puedo exigir a un limonero que me de naranjas, porque es imposible. Esto nos hace visualizar mejor las diferencias individuales de las personas.
Las hay de llamar mucho, de estar muy pendientes, de ofrecerse a todo, de estar las primeras y otras personas no tienen ese perfil porque son más independientes, porque no son de contacto tan intenso por tiempo, por su propia forma de ser, por multitud de circunstancias.
¿Quien es mejor, quien es peor? Preferís la persona siempre pendiente de preguntar, interesarse, estar y que luego toma nota y se siente resentida si no recibe exactamente la misma cantidad y calidad de trato o la persona que no está tan pendiente pero que cuando lo hace es por interés real y no por quedar bien?
Aceptar a las personas como son, con sus virtudes y sus defectos, nos hace descubrir que el pobre limonero que nos da casi todo lo que tiene, y si no da más es porque no hay, da un fruto delicioso, tal vez el naranjo pueda ir repartiendo sus frutos y sean algo insípidos.
En las relaciones personales dar no es trueque, es un acto de cariño que tiene que salir del corazón y no del famoso “bien queda”.
Las personas con una buena autoestima y un estilo asertivo de comunicación no están pendientes de las devoluciones de las muestras de afecto. Se sienten libres de dar lo que tienen cuando les parece oportuno, dejando que la otra persona, si no está conforme se aleje.
Por otra parte hay personas que en determinados momentos necesitan silencio, soledad, para superar determinadas situaciones delicadas de sus vidas. Ser conscientes de sus necesidades y respetarlas, en vez de abrumarlas ofreciendo lo que no han pedido ni necesitan es un acto de mayor generosidad.
Un buen amigo es aquel que si le llamas diciendo que tienes un cadáver en el maletero, te pregunta si tienes pala de cavar o la lleva él. A veces tan sólo esto es suficiente.
La amistad, las relaciones personales, no se pueden basar en una tabla de excel con el debe y el haber de lo dado y recibido.
“Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.”
EMPIEZA EL AÑO CON INTROSPECCIÓN
Lo primero y como no podía ser de otra forma, desearos un Año lo más feliz que sea posible.
Y ahora vamos con los propósitos de todos los años. Este año, por favor, antes de lanzaros a las listas de todo lo que vais a cambiar, intentad parad cinco minutos para leer esto y reflexionar. Luego ya, seguid con vuestras listas.
Es típico lo de “Año Nuevo, Vida Nueva” y marcarse una serie de objetivos para cambiar aquellas cosas que no nos gustan de nuestra vida para el año siguiente. El espíritu de superación es maravilloso. La falta de realismo: un desastre.
Normalmente nos planteamos los objetivos en un plano físico y externo: bajar peso, dejar de fumar, dejar de beber, hacer más deporte, tener una rutina de higiene facial…. (por una parte son objetivos lógicos para cuidar nuestra salud y en muchos casos por deseabilidad social).
Los objetivos tienen que ser pocos, realistas, alcanzables y basados en nuestra satisfacción interior.
Y aquí queda la introspección. No nos sirven esos objetivos sin un análisis de nosotros mismos. “Voy a ir al gimnasio todos los días de la semana” puede ser un objetivo inalcanzable si te conoces y sabes que eres perezoso y tienes horarios extensos.
Tal vez pensar: “ir al gimnasio o caminar o hacer alguna tabla en casa puede mejorar mi condición física y permitirme no cansarme al andar o plantearme deportes de mayor exigencia”: bien, existe un análisis de la realidad personal
“Me conozco y sé que pago la matrícula y voy tres días para no volver”, supone un reconocimiento de la raíz del problema, de dónde tiene que actuar la persona.
“Como tengo tendencia a no terminar lo que empiezo, tal vez debería empezar por una rutina en el parque o caminando y cuando haya cumplido un tiempo, me planteo apuntarme al gimnasio”.
Perfecto: existe una forma adecuada de afrontar el problema de la falta de constancia: objetivos que deben subirse como una escalera para lograr objetivos más altos. De esta manera se previene la “crónica de una muerte anunciada”, el fracaso por tener expectativas demasiado altas.
He puesto el ejemplo del gimnasio, porque es un clásico, pero existen multitud de facetas en las que “decimos” que las cosas van a cambiar y no cambian. El motivo.: nuevamente falta de introspección.
Si no nos conocemos, si no sabemos nuestros puntos fuertes y débiles, si no somos capaces de reconocer que algunas cosas que nos van mal es por nuestra actitud ante las personas, las cosas, el trabajo, las relaciones, ¿cómo vamos a cambiarlas si pensamos que somos víctimas de la situación?
Luchar por los objetivos es importante. Pero que sean objetivos alcanzables y que dependan de nosotros, hagamos una atribución interna de nuestras conductas (locus de control interno), que el chachachá ya se ha hartado de ser siempre el culpable de nuestros errores.
Seamos ambiciosos en lo personal. Luchemos por arañar a la vida tiempo para ser felices. Simplifiquemos las cosas, las tareas, los compromisos para priorizarnos. Eso ayuda bastante a no sentirse constantemente bajo presión.
Tal vez el mayor objetivo del Año 2025 sea intentar concedernos tiempo para ser más conscientes de lo que queremos, de cómo nos comportamos, del esfuerzo que ponemos en las cosas.
No miréis arriba de la montaña: poned el foco en el siguiente paso, en lo que la vista alcanza a ver. Y si, de forma muy importante: de vez en cuando mirad para atrás para sentiros orgullosos de vuestros logros. Eso os dará fuerzas para avanzar en vuestros propósitos, que se construyen cada día.
Os deseo que este Año podáis regalaros atardeceres, tazas de café mirando al horizonte, momentos de auténtica paz interior, y una mayor capacidad de autocrítica constructiva.
NIÑOS CON ADICCIÓN TECNOLÓGICA. ALGUNOS PODRÍAN OPTAR POR UNA TORTUGA
Las adicciones pueden empezar desde que el niño es un bebe
Afortunadamente para muchas cosas cada día nos concienciamos más de las necesidades de los niños durante sus diferentes etapas evolutivas.
Los estudios nos enseñan que es bueno que los bebés estén sin calcetines, que no se van a resfriar y que a través de los pies también establecen relaciones espaciales con el mundo.
Sabemos más sobre alimentación responsable y crianza respetuosa.
Nos preocupan las tendencias en psicología infantil y evitamos darles azúcar como si fuera veneno. Hasta aquí todo va bien, perfecto.
El gran problema, el SUPER PROBLEMA es que no puede coexistir todo esto cuando los padres ponen delante de las narices del niño una pantallita de móvil para que coma, para que se distraiga, para que no de la tabarra….
¿Crianza respetuosa? No veo yo mucho respeto hacia un niño cuando por comodidad se le está creando una adicción. Sí, una ADICCIÓN y de las peores que pueden existir, ya que si privamos al niño de los estímulos y acceso a las diferentes formas de explorar el mundo, su entorno, las relaciones sociales por una maquinita, le anulamos y fomentamos un niño que no es un niño, es un ser humano bajito con la cabeza metida en una pantallita.
Los perjuicios que puede causar en nuestro hijo una adicción al móvil son demoledoras. Dado que el móvil es algo de fácil acceso, es como el “chupete” para los más creciditos. Aprenden a AISLARSE DEL ENTORNO, de no atender a los estímulos y pierden el interés por todo aquello que no sea la pantallita.
Los niños con adicción al móvil tienen problemas con el control de impulsos, son demandantes (del móvil, claro), suelen tener dificultades en las relaciones con otros niños y presentan altas tasas de fracaso escolar.
Estamos ante una nueva “era” dolorosa en la que vienen los niños a consulta con el diagnóstico de sus papás de que el niño creen que “es autista”. Así, sin anestesia, ya tienen claro el problema.
El autismo es un problema complejo con unas características complejas, pero que tu niño sea antisocial, esté enviciado con una maquinita y sólo piense en ella no es una condición médica, es el resultado de una falta de estimulación.
Hemos ganado mucho en el conocimiento de lo que necesitan los niños, y muchos de ellos se verán beneficiados, pero desgraciadamente, tampoco la balanza se inclina hacia esos niños afortunados por una crianza en la que los padres se involucran.
Son demasiados los niños que demasiado pequeños ya tienen móvil (todos lo tienen, pues nada, si todos se tiran por un puente, que el niño se tire).
Educar y acompañar a nuestros hijos en la etapa de su crecimiento supone exactamente eso: AYUDARLES A CRECER como personas. Fomentarles la curiosidad, la imaginación, proporcionarles tiempo de calidad.
Recordemos nuestra propia infancia. Los más afortunados tenían las primeras playstation, pero no era ese el núcleo de los juegos. Los niños tenían garajes, coches, cocinitas, muñecos de acción, bebés, plastilina, pelotas, juegos de mesa, combas de saltar, libros de cuentos o simplemente una caja de cartón de embalaje que se convertía en un coche de carreras, un camión de bomberos, una casa….
Si vas a tener un niño, lo primero enhorabuena porque va a empezar la época más bonita de tu vida. Pero, por favor: si no le das azúcar, tampoco le des un móvil. Un poquito de coherencia.
Los niños son para prestarles atención. No son un ficus benjamina.
Si necesitas ayuda para reconducir la situación, para darte pautas para estimular al niño o formas de jugar apropiadas para su edad, nos encantará aconsejarte.
ALEXITIMIA: LA INCAPACIDAD DE SENTIR
La Alexitimia puede ser descrita como un “analfabetismo emocional”. La persona que lo padece no es capaz de describir o identificar sus propias emociones o las de los otros.
Es como si existiera una desconexión entre el mundo de las emociones y su identificación. No es que no sientan, es que no saben lo que sienten y eso les hace alejarse de esa parte tan importante de si mismos: no comprenden las emociones luego las ignoran.
Algunas personas con Alexitimia presentan también Paratimia, que supone una incongruencia afectiva: la expresión de las emociones no se corresponde con la emoción adecuada (reírse en momentos de tristeza, mostrar indiferencia ante situaciones felices).
La presencia de paratimia puede llevar a situaciones embarazosas en las relaciones interpersonales, al igual que la presencia de alexitimia supone un sufrimiento para las personas allegadas que no consiguen comprender la “falta de sensibilidad” que parecen mostrar.
CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS CON ALEXITIMIA
Dificultad para identificar y describir las emociones.
Arrebatos repentinos de emociones como la rabia, la frustración o el miedo.
Incapacidad para relacionar los acontecimientos con las emociones: pueden relatar con todo lujo de detalles una discusión con su pareja pero ser incapaces de describir lo que han sentido
Son personas que no suelen “soñar”, “ilusionarse”, proyectar hacia el futuro
Forma de pensar orientada a la realidad, a los hechos. No suelen ser personas reflexivas porque no comprenden sus procesos emocionales, no los distinguen ni los identifican.
¿EXISTE CORRELACIÓN ENTRE LA ALEXITIMA Y ALGUNOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS?
Las personas con alexitima tienen frecuentemente trastornos psicosomáticos (el cuerpo es el que expresa las emociones), y son propensos a sufrir ansiedad y adicciones.
Correlación con otros trastornos psicológicos
La persona con alexitimia manifiesta con mayor frecuencia alteraciones psicosomáticas y es más propensa a sufrir adicciones o ansiedad.
También es frecuente encontrar alexitimia asociada a Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA), Depresión y Trastorno del Estrés Postraumático (TEPT).
En el caso de la persona que ha sufrido un TEPT hay que establecer la diferencia entre el embotamiento afectivo, que es como un colapso emocional que no le permite sentir emociones, a la alexitimia en que existen esas emociones pero no son reconocidas por el que las siente.
Igualmente las personas con Síndrome de Asperger son más propensas a sufrir Alexitima (volviendo a diferenciarlo de la falta de empatía, en este caso hablamos de no identificar emociones, que en el caso de la falta de empatía es no comprender las emociones ajenas).
CAUSAS PROBLABLES DE LA ALEXITIMA
Las causas de la alexitimia se pueden encontrar en la relación con las personas de referencia (figuras de apego) durante el período infantil, del que depende gran parte del desarrollo psicoafectivo de cada persona.
En estos casos, la alexitimia es el resultado de una relación afectiva poco adecuada que impide al niño reconocer y expresar sus emociones, como por ejemplo:
Núcleo familiar en el que no se expresan las emociones y sentimientos
Separación de los padres en los que éstos enmascaran sus sentimientos
Episodios traumáticos.
Carencias afectivas.
DIFERENTES ORIGENES DE LA ALEXITIMIA
La alexitimia puede ser primaria, como rasgo de personalidad, con un origen genético o biológico, o secundaria como consecuencia de sucesos traumáticos, problemas de reconocimiento emocional por patrones familiares disfuncionales o trastornos psicológicos.
La alexitimia se relaciona con alteraciones en la estructura y función de varias áreas del cerebro involucradas en el procesamiento emocional y la comunicación. Algunas de estas estructuras cerebrales son:
Lóbulo frontal: es el área responsable de la planificación, la toma de decisiones o la regulación emocional, entre otras funciones.
Amígdala: esta estructura está implicada en la percepción y la expresión de las emociones.
Giro temporal superior: es responsable de la comprensión del lenguaje verbal y no verbal y está involucrada en la percepción y la expresión de las emociones.
Córtex del cíngulo anterior: Es una estructura cerebral que está involucrada en la regulación emocional.
LA ALEXITIMIA DIGITAL
La tecnología digital, con el abuso de redes sociales y la creciente y preocupante adicción al “scrolling” (pasar con el dedo bajando por el contenido en las redes de forma casi compulsiva), tiene consecuencias en nuestro mundo emocional.
Cuando dejamos de realizar una introspección sobre lo que sentimos, cómo nos sentimos, lo que deseamos y nos centramos en algo externo que está en absoluta desconexión con nuestro mundo emocional.
Pasar de un video a otro en cualquier red social (como Tik-Tok), puede hacernos llegar a perder la conciencia de lo que sentimos, de dejar de reconocer nuestro mundo emocional, como si se hubiera perdido la interiorización quedándonos como seres que sólo vivimos para lo exterior.
¿TIENE TRATAMIENTO PSICOLÓGICO LA ALEXITIMIA?
Por supuesto existe la posibilidad (no siendo por causa biológica) de abordar la alexitima.
Sería como “clases particulares de emociones”, empezando desde los niveles más básicos avanzando hacia la capacidad de reflexión, introspección e identificación de las emociones.
Un alexitímico que aprende a reconocer lo que siente, dará una respuesta adecuada y congruente y se sentirá más comprendido, pudiendo ir poco a poco quitándose esa coraza que se imponen al sentirse distintos por no saber sentir.
"NO PUDE" - "NO PUEDO": EL ÉXITO O FRACASO EN UNA TERAPIA
Muchos de los problemas por los que las personas deciden acudir a terapia se derivan de su incapacidad para superar un problema (esto es humano y no representa ningún síntoma de debilidad).
En alguno de los problemas por los que los pacientes deciden seguir una terapia psicológica derivan de su incapacidad para dejar de pensar en problemas que les obsesionan (como podría ser ante una ruptura de pareja), la imposibilidad de intentar relacionarse con las personas (fóbicos sociales).
En otros casos la imposibilidad de realizar pequeñas tareas o dar un paseo (en los casos de depresión) o dejar de pensar en los síntomas físicos que acompañan a la ansiedad.
Podríamos seguir enumerando muchos problemas en los que se les dan pautas al paciente para modificar sus pensamientos o sus conductas para iniciar su mejoría, pero se sienten bloqueados o incapaces de seguir las instrucciones.
Hay pacientes a los que se les recomienda una pauta en concreto para la semana y cuando vuelven dicen: “no pude”. Esos pacientes van a salir adelante. El “no pude” es un “lo intenté”, y el que lo intenta lo consigue.
Aquí está nuestro trabajo de fragmentar la tarea en tramos más pequeños (tan pequeños como sea necesario), para que ese paciente que quiere y no puede, vaya logrando esos pequeños avances, se sienta orgulloso de ellos.
Y los tramos cada vez puedan ser más grandes, porque comenzar a cambiar el “no pude” por el “me ha costado pero lo he conseguido o casi lo he conseguido”, es síntoma de que el tratamiento va a funcionar, que la persona se ha involucrado activamente en su mejoría.
Es el paciente el que supera el problema. El terapeuta le guía, los fármacos son a veces necesarios para establecer una línea base para comenzar el trabajo, pero exclusivamente la persona es la artífice de su mejoría.
El paciente “no puedo” es el que no lo ha intentado, lo ha pensado “tengo que…pero me siento incapaz”, no hace el intento, tira la toalla y continúa una semana en el mismo plano mental y conductual. Se desesperan, piensan que no tienen solución y en algunos casos tiran la toalla.
Este grupo de pacientes es el de los 15 años con antidepresivos, el de “he ido a 7 psicólogos y no me ha servido para nada”, “lo mío no tiene remedio”.
En estos casos, y como lógicamente hay que intentar establecer una alianza terapéutica con el paciente, alentarle, motivarle, cambiar los caminos para conseguir que se movilice, puede llevar unas sesiones.
En mi caso concreto el límite lo establezco en 4. Buscando caminos y vericuetos, formas diferentes, motivación, dándole razones, indicando los beneficios de un pequeño esfuerzo, todo lo que sea necesario. Con un máximo de 4 sesiones.
El paciente que en 4 sesiones no ha avanzado en absoluto, no es un paciente para terapia. Quiere unos polvos mágicos como los de Campanilla, y eso en terapia no existe.
Piensa que el psicólogo es malo (y para algunos lo seremos, faltaría más), pero está responsabilizando de su falta de colaboración en su mejoría a factores que son externos: todo pasa por el esfuerzo personal.
La actitud, la confianza, el compromiso personal y el esfuerzo son básicos para salir de la situación que nos está arruinando la vida.
Realmente la primera sesión debería dedicarse a escuchar al paciente y darle unas pequeñas pinceladas de cambios que debe realizar: suaves, sin ser excesivas o supongan un sobreesfuerzo.
La terapia debe ir in crescendo, según la propia persona va siendo consciente del origen de su problema, y va viendo que sus pequeños cambios van obteniendo resultados.
El otro día un paciente de alta me dijo: “he salido de esto no por la medicación, no por ti, ha sido por mi esfuerzo” y pensé: “A este le ponía yo en el cuadro de honor de la consulta”. Esta persona había comprendido perfectamente el concepto.
El paciente es el artífice de su cambio con el dolor que a veces supone el proceso, con los esfuerzos, con la lucha contra el propio bloqueo.
Si vas a comenzar una terapia, recuerda que tú serás el que vas a salir triunfador con tu esfuerzo. Tendrás a tu lado al psicólogo, orientándote, corrigiendo, ayudando, comprendiendo tus dificultades y ante todo, alegrándose de tu mejoría.
Pero por favor: no me digas “no puedo”, dime “no pude” y te prometo buscar otra forma de avanzar.
LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES EN LA RELACIÓN
En una relación de pareja se busca un equilibrio en que las dos partes se sientan satisfechas y seguras dentro del marco de convivencia en el que viven.
Al principio de la relación es completamente normal no establecer límites claros en lo que estamos dispuestos a consentir más allá de los temas más habituales, como la fidelidad o la posibilidad de formar una pareja abierta.
Según avanza la relación o la convivencia, nos damos cuenta que hay multitud de temas en los que necesitamos establecer unas “red lines” que no se deberían traspasar, porque nos hacen sentir incómodos o frustrados.
Sin embargo, a veces no dejamos esas líneas rojas bien definidas, de forma que en el momento de ponerlas ya es tarde y causa problemas dentro de la relación: ¿por qué lo que antes al otro le parecía bien ahora es motivo de una bronca?
No se trata de crear un manual de obligado cumplimiento sobre todos los aspectos de la vida en común.
Simplemente hay multitud de factores que afectan tanto al día a día (obligaciones, cooperación), como la libertad que se concede al otro, el tiempo compartido, si se quieren tener hijos o no, las relaciones con la familia “política” o los amigos del otro.
Establecer de antemano unas aspiraciones en la vida es necesario para evitar la divergencia.
Pero esas “líneas rojas” son extremadamente necesarias para evitar problemas serios de convivencia o incluso la alienación y pérdida de identidad de una de las partes, que se ve cada vez más pequeña y débil dentro de la relación.
Si para una persona es fundamental tener hijos, y la otra no los desea, es el momento de desearse buena suerte y seguir cada uno su camino. Ese amor de hoy, en la persona que ha tenido que renunciar a sus sueños se puede convertir en resentimiento.
Otras situaciones que aparecen y no estaban contempladas, pueden ser objeto de una conversación y un claro aviso “por aquí no paso” explicando por qué nos hace sentir mal esa situación
Obviamente si nuestra pareja nos pone como línea roja “nunca puedes tomarte una caña con los amigos”, no estamos hablando de establecer límites, estamos hablando de imposiciones que no deberían ser aceptadas a priori, porque nadie es dueño de nadie.
Si el caso es: “irte de cañas todos los viernes y jamás hacer planes conmigo para ese día, sin excepciones”, puede requerir un límite en el sentido de que la pareja también necesita su tiempo y sus prioridades.
Anteponer nuestro bienestar siempre no es la mejor forma de validar a la persona que queremos.
Por lo tanto, el establecer límites en la relación supone proteger nuestro bienestar e informar a la otra persona de las situaciones que pueden llegar a herirnos, o en algunos casos, suponer el fin de la relación sin sorpresas.
Una relación en la que sepamos qué podemos dar, qué podemos recibir y de qué líneas no podemos pasar, hace una convivencia respetuosa.
Las líneas rojas serán diferentes en cada pareja, pero en serio, es mejor hablarlo, exponerlas. A veces cuando se quieren establecer ya no es posible, o una de las personas vive dentro de una relación en la que se siente resentida o insegura mientras que la otra parte ni siquiera sabe que está haciendo daño.
DUELO PERINATAL: EL DUELO ARREBATADO
EL DUELO ARREBATADO (DUELO PERINATAL)
Siempre se ha dicho que la pérdida de un hijo es un acto contra natura, y el dolor más grande que unos padres pueden llegar a sufrir.
Sin embargo, la pérdida de un bebé no nacido es socialmente considerado de otra manera, y se “espera” de los padres un consuelo con consideraciones que lejos de ayudar, sólo consiguen que los padres no se sientan validados para sufrir y experimentar su duelo.
Se trata como si fuera un dolor pasajero, casi un trance de la vida que tardará poco en curarse. Y en demasiadas ocasiones las personas no saben cómo consolar a la persona (o tal vez mejor que no lo hiciesen, porque hay comentarios muy desafortunados).
El duelo se silencia, se minimiza o se silencia porque “desde fuera” es más difícil empatizar con la pérdida de un hijo con el que no se ha convivido.
¿Y qué ocurre con las ilusiones de los padres? ¿Y el dolor por todo lo que soñaron y ya no pasará? ¿Y ese tiempo de hablarle, estar pendiente de sus movimientos, esperar con anhelo la ecografía para intuir el avance en su crecimiento?
Para aquellas parejas que están esperando un hijo, la paternidad/maternidad comienza en el momento que ya le dan un lugar en su proyecto de vida, que vuelcan sus ilusiones en el momento de poder acogerle.
Esa madre que cuida su alimentación escrupulosamente, esos padres que pasean para hacer la gestación más sana y llevadera, están actuando como padres.
No se es más padre/madre porque el niño haya pasado tiempo con nosotros. El duelo es diferente. En un caso es por el que nos dejó, con el recuerdo de sus gestos, sus palabras, con los momentos compartidos. En el otro caso el dolor es por el que no pudimos llegar a abrazar, por todas las ilusiones que se rompen con absoluta incredulidad.
Diferentes pero duros.
Es importante que comprendamos el duelo prenatal y ayudemos a pasar este trance. Hablar de ello, construir un proceso de duelo en el que se transite por las distintas fases del dolor, llegando a integrar la pérdida convirtiendo el dolor punzante en un recuerdo de amor que vive dentro de nosotros y nos acompaña, puede ayudar a las parejas que sufren esta situación.
Conviene darle el lugar que merece en nuestra sociedad. Hablar de ello y construir procesos de duelo conscientes y eficientes puede ayudar a las personas que sufren esta pérdida a transitar su dolor e integrarlo para poder seguir adelante con una vida plena y feliz.
Es importante tener presente que el duelo no supone olvido, supone integración de la persona vivida dentro de nosotros mismos, de forma que vivan dentro de nosotros en vez de fuera. La superación es la integración.
El proceso de duelo gestacional nos ayuda a pasar del dolor y la ira al recuerdo amoroso.