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La procrastinación como falta de disciplina y autocontrol
El término procrastinación se refiere al aplazamiento de tareas sin motivo alguno. Hay que diferenciar la procrastinación del aplazamiento estratégico, ya que éste último concepto hace referencia a posponer una tarea para otro momento en que las condiciones de realización sean más adecuadas, y suele producir una mejora del rendimiento.
La procrastinación produce una pérdida de la sensación de control, y conduce a una inestabilidad emocional, ya que la intención no corresponde con la acción, dejando la puerta abierta a sensaciones de frustración y sentimientos de culpabilidad. Es un autosabotaje.
CICLO DE LA PROCRASTINACIÓN
Paso nº 1: “Esta vez empezaré con tiempo”
Cuando acabamos de decidir realizar una determinada acción, tenemos esperanza de empezar a tiempo. No nos sentimos capaces de hacerlo ahora mismo pero creemos que en algún momento a corto plazo empezaremos. Tenemos la esperanza de que esta vez sea diferente. Pero el tiempo va pasando.
Paso nº 2: “Tengo que empezar pronto”
La posibilidad de empezar con el tiempo adecuado ha pasado, empezamos a sentir cierta ansiedad y empezamos a percibir la necesidad de empezar a dar algún tipo de paso inicial pronto. Todavía nos queda tiempo, así que albergamos esperanza.
Paso nº 3: “¿Qué pasa si no empiezo?”
A medida que el tiempo pasa, abandonamos toda esperanza de un comienzo adecuadamente temprano e incluso vemos muy difícil que esa acción de inicio espontáneo que esperábamos (casi milagrosamente) se efectúe realmente. La ansiedad aumenta y, con ello, el número de cogniciones que producimos.
El pensamiento catastrófico suele dominar esta fase, por lo que a menudo visionamos nuestro futuro como un absoluto fracaso porque nos invade el miedo de que jamás seamos capaces de empezar lo que nos hemos propuesto. Esto causa en nosotros una parálisis aun mayor. Nuestra cabeza empieza a rumiar:
“Debería haber empezado antes”: Empezamos a arrepentirnos profundamente de no haber empezado antes, dándonos cuenta de que sólo con una pequeña acción podríamos haber evitado toda la ansiedad y frustración que sentimos, y nos castigamos por ello con continuos autorreproches.
“Estoy haciendo de todo menos…” : Una consecuencia muy habitual en este momento es empezar a realizar todo tipo de acciones menos la que deberíamos estar realizando.
De repente, otras acciones que estábamos posponiendo anteriormente nos parecen una buena excusa para seguir sin llevar a cabo la acción en cuestión que estamos procrastinando.
Efectuamos recados, tareas domésticas,… cualquier cosa que impida que hagamos lo correcto. Es habitual que estas actividades parezcan tan productivas en sí mismo que hasta tenemos la percepción de que estamos avanzando con el proyecto necesario.
“No puedo disfrutar de nada” : Encontrándonos ya en medio de este ciclo caótico, buscamos cualquier refuerzo inmediato a través de la primera actividad placentera que podamos encontrar. Por eso lo más típico suele ser ver la televisión, jugar a videojuegos, quedar con amigos…
Sin embargo, el placer que proporcionan estas actividades es muy fugaz y no podemos deshacernos del peso de la tarea inacabada que está esperándonos. Nos inunda la culpa y la ansiedad.
“Espero que nadie se entere”: A medida que pasa el tiempo, nos sentimos cada vez peor con nosotros mismos y nos avergüenza no haber sido capaces de avanzar.
Intentamos que nadie se entere porque nos da miedo lo que puedan pensar, nos inventamos excusas e incluso intentamos que aparente que estamos muy ocupados aunque no estemos haciendo nada.
A menudo ocultamos todo lo que hacemos hasta el punto de evitar todo contacto social, responder a mensajes o a llamadas y no salimos de casa. Las excusas que inventamos son cada vez más elaboradas e inverosímiles y nos sentimos mentirosos y fraudulentos.
Paso nº 4: “Todavía tengo tiempo”
A pesar de todo lo ocurrido hasta el punto en el que nos encontramos, seguimos albergando la expectativa totalmente irracional, casi mágica, de que en algún momento empezaremos la tarea y todo acabará bien, engañándonos a nosotros mismos.
Paso nº 5: “A mí me sucede algo”
Cuando absolutamente todo ha fallado hasta ahora, es cuando podemos empezar a pensar que a lo mejor el problema somos nosotros mismos. Quizás es que simplemente somos así, llevamos el problema dentro y algo nos pasa. Nos falta algo fundamental que todo el mundo tiene. Nuestro autoconcepto sufre todavía más y nos desesperamos.
Paso nº 6: La decisión final: Hacer o no hacer
Llegados a este punto, debemos tomar una decisión crucial. ¿Llevamos a cabo un intento desesperado de última hora y hacemos la tarea lo más rápido posible o tiramos la toalla y aceptamos de una vez por todas que hemos perdido la batalla? Tenemos dos opciones:
Opción 1: No hacer
a. “¡No puedo soportarlo más!”: La ansiedad y el malestar generados durante todo este tiempo parecen insoportables y sentimos que es imposible acabar la tarea en el poco tiempo que nos queda. La posibilidad de descartar toda opción definitivamente es demasiado tentadora y nos acaba superando, por lo que abandonamos del todo.
b. “¿Para qué intentarlo?” : Nos damos cuenta de que aunque invirtiéramos todas nuestras fuerzas en realizar la tarea en el tiempo que nos queda, no seríamos capaces de hacerlo bien. Decidimos que es demasiado tarde y que para hacerlo mal, mejor no hacerlo.
Opción 2: Hacer
a. “No puedo seguir esperando”: La presión se ha vuelto tan grande que decidimos que seguir sin empezar la tarea es todavía más insoportable que empezarla ahora, así que lo intentamos.
b. “Esto no está tan mal… ¿Por qué no he empezado antes?”: Nos sorprendemos porque la acción que tanta ansiedad nos producía no parece tan terrible al final, sobre todo en comparación a todo lo que hemos pasado hasta ahora sólo para conseguir empezar. Nos invade un desconcierto difícil de describir al darnos cuenta de lo irracional de toda nuestra conducta. El alivio de saber que hemos empezado es enorme.
c. “¡Acábalo ya y punto!”: Estamos casi al final del tiempo y hemos de acabar ya sí o sí. A estas alturas ya no nos importa en absoluto la calidad del trabajo, sólo nos importa terminar.
Paso nº 7: “¡Nunca volveré a procrastinar!”
Independientemente de si al final hemos acabado de alguna manera la tarea, como si la hemos dado por perdida, sentimos un alivio muy grande y estamos agotados.
El malestar generado por este ciclo de la procrastinación es tan intenso que decidimos que no volveremos a entrar en él jamás. Hacemos todo tipo de promesas y pactos con nosotros mismos que luego no seremos capaces de cumplir. Y, poco a poco, este ciclo consume todas nuestras esperanzas de que, algún día, podamos salir de él.
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COACHING PARA EL CRECIMIENTO PERSONAL
El campo de la Psicología no se restringe a la ayuda de personas que tienen un problema personal importante o necesitan un tratamiento psicológico por un trastorno determinado.
Hay personas que buscan el apoyo y consejo más allá de su círculo de amistades (necesaria y conveniente para toda persona), porque quieren mejorar aspectos de su personalidad, sus relaciones con otras personas o su forma de enfrentarse a los problemas.
Estas personas buscan ayuda en un asesor psicológico (coach) que les va dando diferentes propuestas de actuación para que vayan abriendo las posibilidades de actuar.
No se trata de dirigir, se trata de aconsejar y de proponer vías alternativas que hacen más adecuado el funcionamiento de las personas. Este tipo de actuación se basa en la Psicología Positiva, rama de la psicología que tiene como pilares:
ÁREAS DE INTERVENCIÓN DEL COUNSELLING
El Counselling tiene un campo de actuación muy variado, centrado más en el ajuste personal que en una patología psicológica. Entre las áreas que aborda están:
Inoculación del estrés
Incremento de la energía personal
Motivación
Control de conductas adictivas
Dependencias (emocionales, laborales, personales)
Problemas de autoestima
Aceptación personal
Organización de la vida personal
Priorización de tareas
Aprendizaje de gestión de ocio
Habilidades sociales
Adaptación a cambios personales
Búsqueda de relaciones personales
Crisis existenciales
Tácticas asertivas
CONOCIENDO LOS TIPOS DE DEMENCIA
Hay diferentes tipos de demencia con diferentes progresiones
Sufrir pequeños olvidos, despistes, etc. nos pueden estar alertando del inicio de un deterioro cognitivo o de otro tipo de problemas en el anciano (depresión, pérdida de interés por el entorno, sedentarismo, aislamiento).
La Psicogeriatría puede ayudar a los ancianos en este punto. Trabajando y mejorando su estado de ánimo, sus actividades de ocio, proponiéndoles ejercicios de estimulación cognitiva y también dando pautas a la familia para poder motivar a sus mayores a una actitud que les mantenga más activos física, intelectual y socialmente.
DEMENCIA SENIL
Definimos la demencia senil como un síndrome mental que se caracteriza por un deterioro de la memoria a corto y largo plazo, asociado a trastornos del pensamiento abstracto, juicio, funciones corticales superiores y modificaciones de la personalidad.
Todas estas alteraciones son lo suficientemente graves como para interferir significativamente en las actividades de relación, laborales o sociales.
Síntomas: Aparecen como rasgos asociados a la demencia: la ansiedad, síntomas obsesivos, aislamiento social, ideación paranoide o celotipia y vulnerabilidad incrementada al estrés. La edad de comienzo de la demencia senil es después de los 65 años, aunque existe otra demencia de inicio presenil.
El curso de esta enfermedad puede ser, progresivo, estático o reversible (hipotiroidismo, hematoma subdural, hidrocefalia normotensiva).
El deterioro del estado general es variable: Puede ser de inicio brusco y curso estable (enfermedad neurológica), de inicio insidioso y curso lentamente progresivo (enfermedad degenerativa) y de inicio y curso lentos (tumores, hematoma subdural, metabolopatias, etc.)
Leve, cuando conserva la capacidad de independencia, con un juicio relativamente intacto y una adecuada higiene personal.
Moderado, cuando necesita algún grado de supervisión y
Grave, cuando necesita supervisión continua, con estado vegetativo.
A lo largo de la evolución de la enfermedad aparecen una serie de complicaciones: auto y heteroagresividad, delirio, traumatismos, infecciones diversas, desorientación temporoespacial, etc.
DEMENCIA TIPO ALZHEIMER
De todas las Demencias Seniles destaca la demencia tipo Alzheimer como la más común.
Especificidades: Tenemos que hacer un diagnóstico diferencial de la demencia senil, fundamentalmente con el envejecimiento normal, delirium, esquizofrenia, episodios de depresión mayor y otros trastornos con síntomas de deterioro cognoscitivo.
Rasgos característicos de la enfermedad:
Pruebas evidentes de deterioro de la memoria a corto plazo (incapacidad para recordar el nombre de tres objetos al cabo de cinco minutos) y a largo plazo (incapacidad para recordar información que le era conocida en el pasado o conocidos por todos).
Deterioro del pensamiento abstracto (dificultad para definir conceptos, semejanzas, significado de términos, etc.).
Deterioro de la capacidad de juicio (incapacidad de resolver problemas relacionados con la vida diaria, laboral, social, incapacidad de planificar, etc.)
Otros trastornos corticales superiores, como afasia, apraxia, agnosia y dificultades constructivas.
Modificaciones en la personalidad (alteración o acentuación de rasgos premórbidos).
Alteraciones de forma significativa en sus actividades laborales sociales y de relación.
CLASIFICACIÓN DE LOS SÍNTOMAS DE DEMENCIA TIPO ALZHEIMER
1.- Cognoscitivos o neurológicos: amnesia (95-100%), afasia expresiva y receptiva (60-80%), apraxia (75%), agnosia (35-70%), trastornos del aprendizaje, desorientación (75-90%), convulsiones, contracturas musculares, alteraciones de los reflejos, temblor, incoordinación motora.
2.- Funcionales: dificultad para caminar, comer, asearse, vestirse, realizar las tareas del hogar y en general las de la vida diaria.
3.- Conductuales: reacciones catastróficas, cuadros de furor, episodios maníaco-depresivos, violencia, apatía, vagabundeo, trastornos del sueño, lenguaje obsceno, alucinaciones, ideación delirante, robos, paranoia, trastornos del juicio, conductas paradójicas, trastornos sexuales, inadaptación social, trastornos de personalidad, acatisia.
4.- Síntomas asociados: delirium, alteraciones sensoriales (auditivas, visuales, gustativas, olfativas), con otras patologías (cardiopatías, artritis, artrosis, diabetes, osteoporosis).
DEMENCIAS PRIMARIAS Y DEMENCIAS SECUNDARIAS
Demencias primarias: En este grupo están incluidas las enfermedades neurológicas degenerativas que producen demencia en sus manifestaciones clínicas. La demencia tipo Alzheimer, la demencia vascular y demencia debida a múltiples etiologías (vascular y Alzheimer).
También otras entidades neurológicas degenerativas cursan con demencia (Parkinson, Pick, Corea de Huntington).
Demencias secundarias: En este grupo están las enfermedades sistemáticas que cursan con demencia por alteraciones neurológicas (hipotiroidismo, deficiencia de folatos, etc.) y las neurológicas no degenerativas (hidrocefalia de tensión normal, meningitis crónica, tumores cerebrales, etc.)
¿TIENES ESTRÉS? ESTOS SON LOS TIPOS DE ESTRESORES QUE HAY
Existen diferentes tipos de factores que producen estrés. Intentamos hacer una recopilación de ellos. ¿Te ves encuadrado en alguno de ellos?
Leer másSÍNTOMAS DE LOS TRASTORNOS GENERALES DEL DESARROLLO (TGD)
La sintomatología puede presentar mucha variabilidad y grados de afectación. Estas son las áreas en las que los niños con TGD presentan déficits más significativos:
a) Conciencia y orientación
La claridad de su conciencia se encuentra muy limitada e interferida por las graves carencias que afectan al resto de las funciones psíquicas, sobre todo en las áreas cognitivas.
La orientación temporal-espacial y respecto a sí mismo se hallan gravemente afectadas y en todo caso vienen determinadas por las áreas de intereses restrictivas que delimitan su atención preferente
b) Atención y memoria
Se encuentra muy dispersa o contrariamente es muy selectiva para áreas de interés muy concretas. A pesar de ello suelen estar atentos a los detalles del entorno pero sin poder interpretar los significados más abstractos de las cosas.
Existen unas capacidades especialmente elevadas en cuanto a memorización, y aptitudes viso-espaciales, no obstante, la memoria, funciona de forma irregular en sus rendimientos viéndose muy influenciada también por el interés que pueda despertar en el niño la actividad concreta.
c) Capacidad intelectual
Alrededor de un 40% de los niños con T.G.D. tienen un C.I. (Cociente Intelectual) por debajo de 50 (Retraso moderado, severo y profundo).
Un 30% estaría alrededor de 70 (retraso ligero).
En las escalas WISC, los resultados en área manipulativa son superiores a los de la escala verbal. Se obtienen resultados muy pobres en las escalas de Comprensión en los que se debe integrar y procesar la información.
En las escalas de cubos y rompecabezas suelen asumir puntuaciones normales.
d) Afectividad y comportamiento social
La mayoría de los niños tienden a evitar el contacto ocular demostrando poco interés por la voz humana. Ya de pequeñitos no alzan los brazos a sus padres como indicación para ser levantados (no anticipan).
No demuestran interés por la voz humana y parecen indiferentes al afecto no mostrando signos externos emocionales. El vínculo de apego no se establece como sería de esperar y no se produce la ansiedad de separación tan habitual en la primera infancia.
La ausencia de miedo ante peligros reales o imaginarios suele estar presente lo que unido a un alto umbral de dolor hace de estos niños muy vulnerables a sufrir accidentes de todo tipo.
Por regla general hay rechazo a jugar con otros iguales y al establecimiento de relaciones sociales. A medida que crecen, a pesar de que pueden crear vínculos de afecto o aceptación con sus padres u otros (cuidadores, educadores...) seguirán con los problemas de relaciones con sus iguales.
La incapacidad comunicativa surge por no poder comprender que las demás personas tienen mente, inteligencia, sentimientos, etc...
e) Lenguaje y pensamiento
Las alteraciones del lenguaje son uno de los síntomas más significativos y van desde la ausencia de comunicación a una comunicación verbal anómala con alteraciones en la producción del habla en cuanto al volumen, tono, ritmo, entonación.
Presencia de ecolalia inmediata o diferida, e inversión pronominal. La generación del lenguaje, está pues, muy deteriorada, apareciendo junto con las ecolalias mencionadas, emisiones planas o monótonas alternadas con entonaciones "cantarinas".
Las frases pueden ser telegráficas y distorsionadas confundiendo palabras con sonidos similares o inventando palabras nuevas.
En la primera infancia, los niños con T.G.D, pueden desarrollar el hábito de tirar de la mano de algún adulto para acompañarlo hacia el objeto que desean. Raramente afirman o niegan con la cabeza para acompañar alguna respuesta verbal. Son también menos proclives a imitar las acciones de sus padres que los otros niños.
f) Sensopercepción
En cuanto a la comprensión del lenguaje, éste puede estar afectado en un grado variable, dependiendo en el lugar que se sitúe el niño en el amplio espectro del trastorno.
Los individuos que cursan además con retraso mental, puede que nunca lleguen a desarrollar la comprensión del mismo. Los niños con dificultades menos severas pueden seguir instrucciones simples acompañadas de gestos y en un contexto inmediato y predecible.
Los más competentes en esta área pueden llegar a entender buena parte de los significados de las construcciones verbales pero sin poder captar los matices más sutiles que se dan por ejemplo en las metáforas o con el uso del sarcasmo, entre otros.
Las respuestas frente a la diferente información sensorial que les llega a sus órganos es también anómala. Algunos niños parece que están sordos o tienen deficiencias visuales por lo que son objeto a edades tempranas de todo tipo de revisiones oftalmológicas.
El umbral del dolor es muy alto por lo que no suelen quejarse tras sufrir accidentes, caídas o estar enfermos. Algunos sonidos pueden hacerles disparar una alegría incontrolable ensimismándose en la audición de ciertos tipos de música (en especial la sinfónica, si bien cada niño tiene sus preferencias), rechazando, en cambio, otras sin motivo aparente.
Paralelamente algunos ruidos "insignificantes" (caída de agua en la bañera, un trozo de papel adhesivo que se arranca, etc...) puede producirles verdadero temor.
Es como si hubiera una sensibilidad diferencial según la frecuencia y/o intensidad del sonido, viviéndose éste como extremadamente agradable o aversivo.
Algunos niños pueden pasar largos períodos de tiempo tocando con las manos una determinada textura o efectuar estereotipias (acciones improductivas que se repiten sin ningún fin determinado) con objetos o partes de ellos (p.e. las ruedas de un coche de juguete).
Las sensaciones táctiles son también experimentadas con los pies. La sensación de tocar diferentes superficies con los pies descalzos suele resultar de gran interés para ellos sintiendo probablemente sensaciones placenteras difíciles de comprender para nosotros.
El juego obsesivo con la arena de la playa ya siendo pisándola o cogiéndola con la mano y dejando que se escape poco a poco entre los dedos, pueden ser actividades que les atraigan especialmente. También pueden mostrar interés por sensaciones olfativas oliendo a personas u objetos.
g) Psicomotricidad
La parte psicomotora presenta también particularidades y déficits específicos. Junto a síntomas de hiperactividad y déficit atencional se registra una falta de iniciativa total.
La conducta motriz no persigue ningún fin determinado o comprensible para el adulto.
El desarrollo de la motricidad gruesa y de la habilidad para usar movimientos coordinados y finos en ambas manos puede llegar a ser adecuada lo que en combinación con unas buenas capacidades cognitivas pueden explicar la gran habilidad que demuestran, algunos de ellos, con las tareas viso-espaciales.
Por contra son muy características las anomalías posturales y la conducta motora estereotipada (aleteo, andar de puntillas, etc...).
Niños y adolescentes pueden alternar a lo largo de la jornada períodos de cierta tranquilidad motora, sólo alterada por la realización de las estereotipias habituales, con conductas de huida o agitación sin motivo aparente o a causa de una sobre-estimulación sensorial al verse rota su rutina o visitar espacios o lugares novedosos.
Sin embargo, en ocasiones, la aparición de estas conductas es poco previsible y no está sujeta a un motivo comprensible para nosotros.
h) Trastorno impulsos
Conducta anómala Son frecuentes los problemas en la inducción o mantenimiento del sueño o el despertar con movimientos de balanceo.
De lactantes suelen ser fáciles de tratar mientras se les deje en su cama o en su habitación, siendo catalogados por sus padres de tranquilos, "muy buenos", que apenas dan un ruido.
En algunas ocasiones, ocurre lo contrario, describiéndose niños inquietos, irritables, que se pasan el día chillando y que parecen necesitar pocas horas de sueño.
Muestran auto-agresividad acompañando a crisis de agitación. Su alimentación es anómala y oscila entre el rechazo activo al intento de alimentarles, a consumir todo tipo de alimentos no comestibles ( conductas de pica).
En cuanto a las conducta anómalas podemos destacar:
Resistencia al cambio: No toleran los cambios de sus rutinas, incluso pequeñas variaciones en su entorno familiar les crean gran desasosiego pudiendo producir episodios de rabietas. Algunos niños pueden disponer sus juguetes de una determinada forma, enfadándose mucho si este "orden" es alterado.
Comportamiento ritualista: Abarcan un repertorio de conductas que se repiten una y otra vez pero que no tienen ninguna finalidad. El aleteo de manos es uno de los más frecuentes. También suelen darse juegos extraños con objetos o partes de ellos sean o no juguetes.
Obsesiones y Miedos: Pueden establecer cierta afinidad o interés por determinados objetos extraños (baterías, piedras, tapas de cualquier caja...) pasando mucho tiempo con ellos, manipulándolos o simplemente llevándolos consigo.
Por su parte los miedos pueden presentarse en diferentes ámbitos. Hay un temor ante el cambio de rutinas (situaciones o lugares nuevos).
Hay un miedo también de tipo sensorial a ruidos concretos y finalmente puede desarrollarse un miedo injustificado hacia ciertas personas, incluso hacia compañeros de su misma edad, sin existir ningún antecedente previo de conflicto.
Todo ello puede combinarse por una falta total de sensación de peligro en situaciones en las que objetivamente lo hay (al cruzar la calle, a subirse a algún objeto, etc.).
Para concluir, mencionar que los niños T.G.D. suelen tener una apariencia física normal, sin estigmas físicos e incluso con expresión despierta e inteligente, que les hace parecer estar atentos a los detalles de su entorno pero que oculta la existencia de unos trastornos generalizados y, a veces, profundos, en sus funciones psíquicas.
PROTOCOLO TERAPÉUTICO EMOCIÓN-ACCIÓN-COGNICIÓN EN DEPRESIÓN INFANTIL
Un modelo eficaz de tratamiento cognitivo conductual para la depresión del niño y el adolescente es el programa emoción-acción-cognición
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La terapia familiar puede tomar la forma de terapia de pareja o terapia de toda la familia, involucrando a los padres, los hijos y, en algunos casos, la familia extensa.
Los objetivos generales incluyen aprender a comunicarse, gestionar conflictos y mejorar la dinámica familiar. Los planes de tratamiento están dirigidos hacia esos objetivos generales, así como a ayudar al terapeuta a comprender y descubrir problemas en la estructura familiar.
MIEMBROS INVOLUCRADOS EN LA FAMILIA
Se inicia la intervención con la información sobre los miembros de la familia.
Mediante un genograma se crea la historia y la genealogía familiar, y se traza un diagrama comprensivo de los problemas subyacentes, así como de las relaciones existentes entre los distintos miembros.
Esta información es básica para orientar las técnicas de intervención y el tratamiento.
Ejemplo de genograma:
GENOGRAMA
ESTRATEGIAS DEL SISTEMA FAMILIAR
Una familia opera como un sistema en el que el rol de cada miembro contribuye a los patrones de conducta que hacen al sistema lo que es.
Ciertas técnicas terapéuticas están diseñadas para revelar patrones que hacen que cada familia funcione como lo hace.
La técnica de grabar es un proceso por el que el terapeuta toma nota de cómo las situaciones se desarrollan dentro del sistema familiar.
Las intervenciones usadas para solucionar los problemas pueden ser diseñadas en base a los patrones que se descubran con esta técnica.
La escultura de la familia es otra técnica que se usa para establecer los patrones de las relaciones del grupo. Se les pide a los miembros que acomoden físicamente el lugar en que quieren que cada uno de los otros componentes esté en relación a los demás.
Esta técnica permite ver los conflictos entre ellos.
Técnicas de comunicación. Con mucha frecuencia son los patrones y el estilo de comunicación de una familia lo que lleva a los conflictos y la división. Las técnicas de comunicación se usan para construir las habilidades de cada uno de los miembros que les permita una efectiva comunicación.
Algunos de los métodos usan la reflexión, la repetición y la pelea justa.
La reflexión consiste en hacer que uno de los miembros exprese sus sentimientos y temores y hacer que otro repita lo que oyó que dijo el primero.
La repetición es hacer que uno de los miembros exprese sus sentimientos mientras que otro, luego, repite lo que el primero expresó.
Estas dos técnicas le permiten a los miembros entender mejor de dónde viene el otro y por qué se siente como se siente.
Las peleas justas se enfocan en escuchar atentamente y expresar los sentimientos y las preocupaciones sin usar una forma amenazante.
En la intervención se aplican las directivas dadas por el terapeuta para guiar a la familia a interactuar con el fin de que las soluciones sean más productivas. El re-encuadre es un método que se usa para volver a plantear un conflicto o situación particular bajo una concepción menos amenazante.
Un padre que constantemente presiona a uno de los hijos por sus notas puede ser que sea visto por el hijo como una figura amenazante.
Se debería volver a re-encuadrar este conflicto enfocándolo en la preocupación del padre por el futuro de su hijo y ayudar al hijo a que "escuche" esa preocupación en lugar de las constantes demandas de mejora que le hace su padre.
Otra de las técnicas es una en la que el terapeuta pone en las manos de la familia un conflicto o situación particular.
Lo que esto significa es que, en lugar de que el problema controle la conducta del grupo, el grupo controla el problema que tiene entre manos.
Para esto se necesita que el terapeuta dé instrucciones específicas en cuanto al momento en que discutirán el problema entre el grupo, con quién lo discutirán, y por cuánto tiempo.
A medida que los miembros llevan adelante las instrucciones, comienzan a desarrollar un sentido de control del problema, lo que los ayuda a manejarlo mejor.
ESCUELA PARA PADRES...DIVORCIADOS
El divorcio es una situación familiar traumática en la que hay dos personas responsables: el padre y la madre. Los niños podrán disfrutar de una situación normalizada y estable en cuanto sus padres sean capaces de diferenciar sus problemas de adultos con las necesidades y sentimientos de los hijos.
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La infidelidad puede ser una consecuencia de problemas no resueltos en la pareja
La clave de la infidelidad consiste en buscar aquello que no se tiene en casa, algo de lo que ambos miembros de la pareja carecen en su relación.
Tradicionalmente lo que ha llevado a los hombres a una infidelidad ha sido la búsqueda de nuevas emociones, mientras que las mujeres se han movido hacia la infidelidad por un problema de soledad, de falta de comunicación o de sentirse menospreciada en su relación de pareja.
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La familia y amigos pueden observar cambios en el comportamiento de la persona que está padeciendo una anorexia nerviosa. Estos son algunas de las conductas más frecuentes en este trastorno.
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El fóbico social siempre se siente juzgado
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En materia de protección de menores existen dos instancias con capacidad jurídica de decisión:
La primera de ellas es la Entidad Pública u órgano competente de cada Comunidad Autónoma, en el caso de Madrid es la Comisión de Tutela del Menor.
La segunda instancia es judicial y corresponde a los Juzgados de Familia.
Nuestra legislación además confiere un importante papel al Ministerio Fiscal, al que le corresponde la vigilancia de las actuaciones administrativas y la propuesta ante la autoridad judicial de las medidas que considere en beneficio de los menores objeto de protección.
Los principales referentes legislativos a nivel nacional en materia de protección de menores son la Ley 21/87, que modifica algunos artículos del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de adopción, y la Ley 1/96 de Protección Jurídica del menor. La Ley 21/87 regula tres figuras de protección de menores: la Guarda, el Acogimiento Familiar y la Adopción. La Ley 1/96 define la institución de riesgo.
GUARDA
La Guarda puede ser voluntaria, conservando entonces la familia de origen del menor el ejercicio de la patria potestad o puede producirse tras apreciar la Entidad Pública situación de desamparo y asumir la tutela del menor.
La intervención judicial en relación con esta figura tiene lugar casi siempre a instancias de la familia biológica del menor cuando interpone procedimiento de impugnación de la tutela, al considerar improcedente, inapropiada o lesiva la resolución administrativa.
En este tipo de procedimientos es frecuente que los Jueces soliciten informes a sus propios técnicas para su valoración conjunta con los expedientes aportados, siendo los objetivos principales de la evaluación:
1. Valorar la presencia y alcance de las causas o motivos aducidos por la Entidad Pública para acordar la tutela, lo que conlleva la actualización de la problemática que dio lugar a la tutela.
2. Analizar las motivaciones de la familia de origen del menor para impugnar. Con ello se trata de discernir los casos en que la impugnación de la tutela se realice para impedir una adopción del menor, a pesar de la escasa o nula implicación de la familia en el cuidado del niño o en su seguimiento una vez tutelado.
En otros casos la familia tiene interés real en cuidar del menor, y habrá que estudiar la viabilidad del retorno, en base a factores como la capacidad intelectual de los padres, infraestructura y recursos domésticos, capacidad de respuesta a necesidades especiales del menor, permeabilidad familiar a la intervención de Servicios Sociales, etc.
ACOGIMIENTO FAMILIAR
Existen tres modalidades de Acogimiento Familiar conforme a su finalidad:
Acogimiento simple /provisional
Acogimiento familiar permanente
Acogimiento familiar preadoptivo
Cualquiera de estas modalidades puede ser formalizada en el ámbito administrativo si existe consentimiento de la familia de origen, en caso contrario tendrá que ser por resolución judicial.
La intervención judicial en relación al acogimiento es necesaria para la constitución del acogimiento cuando los titulares de la patria potestad no han prestado su consentimiento y también para la cesación del acogimiento cuando haya sido acordado judicialmente o en cualquier caso a instancia de la familia de origen que reclame al menor.
En el acogimiento el Juez solicita la intervención del los Equipos Técnicos, tanto para valorar el marco familiar acogedor como el marco familiar de origen.
Los objetivos de la evaluación psicosocial en los expedientes judiciales de constitución y cesación de los acogimientos es:
- Respecto al marco familiar acogedor hay que valorar su adecuación general (aptitudes educativas, ajuste psicosocial, dinámica y estabilidad familiar, recursos, etc).
Además hay que tener en cuenta la procedencia de los candidatos y valorar la vinculación afectivo existente con el menor (por parentesco, por familia extensa, o por guarda familiar prejudicial con parejas solicitantes de adopción), de tal manera que se puedan clarificar las expectativas de los acogedores hacia el menor y su grado de correspondencia con el tipo de acogimiento solicitado.
También es importante estimar el nivel de tolerancia de los candidatos a acogimiento respecto a las visitas del menor con su familia de origen.
- Respecto al marco familiar biológico, habría que evaluar las circunstancias que motivaron la tutela y valorar la vinculación afectiva que persiste con el menor, teniendo en cuenta la edad a la que fue tutelado, duración de la tutela y contacto mantenido con él durante este tiempo.
Además es necesario hacer un pronóstico de recuperación del marco familiar, con una estimación realista de los recursos disponibles.
- En relación al menor, mediante exploración e informe de los guardadores, es importante determinar la significación afectiva que tiene con su familia de acogida y la biológica, forma de integrar a todos ellos y también evaluar el grado ya alcanzado de adaptación al marco acogedor desde los planos familiar, escolar y social.
En los expedientes de cesación del acogimiento familiar, se trata de actualizar la problemática que dio lugar al acogimiento y estudiar la viabilidad del retorno del menor cuando hay impugnación de tutela.
Es necesario también analizar el desarrollo de las visitas del menor con su familia de origen durante el período de acogimiento y valorar la disposición del menor para el retorno con su familia de origen.
PAUTAS PARA DEJAR UNA RELACIÓN
Poner fin a una relación es algo doloroso para quien toma la determinación: sabe que va a herir a la otra persona.
Este es motivo más que suficiente para que muchas personas demoren la finalización de una relación con otra persona, y continúan durante meses “atrapados” en una situación que va minando emocionalmente a ambos miembros de la pareja.
A continuación, exponemos algunas pautas para poner fin a una relación:
- Asegúrate de que quieres terminar: Este tipo de decisiones no se pueden tomar a la ligera. No pueden ser fruto de un momento de rabia o decepción, que llevaría en cualquier caso a un “enfado” con la pareja pero no a una ruptura definitiva.
Si amenazas con una ruptura porque estás en un momento de enfado, cabe la posibilidad de que en el fondo busques manipular a tu pareja, o “castigarla”, pero no se trataría de una ruptura madura y serena.
- Conciénciate: el que deja la relación pasa a ser “el malo de la película”. Es cierto que vas a ser la persona que ponga fin a la relación, la que abre la caja de los truenos, sin embargo, a veces hay que tomar este tipo de decisiones por el bien de ambos.
Puede ser un momento doloroso, pero a largo plazo es algo bueno para ambos, incluso para el abandonado. Nadie quiere que otra persona permanezca a su lado por pena, nadie merece eso.
- Escoge un buen momento: No escojas un momento especial, no hay buen momento para esto, pero sí hay mejores momentos. No lo hagas coincidir nunca con una celebración, no busques como aliados “un par de copas”, no lo hagas en un sitio muy concurrido, ya que las lágrimas son normales en estos momentos.
- Visualiza en tu mente la escena: Imagina que estás hablando con él/ella, y visualiza las posibles respuestas , contraargumentos y réplicas que puede hacer.
No esta de sobra que prepares lo que dirás en cada posible escenario. Podrás decir que es un poco calculador el asunto, pero he aprendido que quien no planea no sabe predecir o prever posibles formas de hacer mejor las cosas
- Antes de tener la conversación que pone fin a la relación, busca objetivamente los motivos que te llevan a esta ruptura. Busca la manera de exponerlos en la que tu pareja se sienta menos dolida, bastante tiene con el momento que se le avecina.
Intenta apelar al cariño pero no amor, y ante todo, sé honesto y claro en los motivos. Las medias palabras, la falta de argumentos concretos para el fin de la relación, hundiría más a tu pareja.
- Explicar de forma clara los motivos que ponen fin a la relación no significa que tengas que justificarte. Se supone que es una decisión con motivos que la avalan y es lo único que tienes que exponer.
No caigas en ambigüedades respecto a que sigues queriendo a tu pareja, son cosas que se dicen y sólo sirve para que la persona a la que se abandona albergue falsas esperanzas de reconciliación.
- Tras la ruptura debe existir una pausa en la comunicación entre ambas personas (algunas veces es una ruptura de comunicación definitiva). No es cierto que podáis “terminar como amigos”: los amigos no son pareja, son amigos.
A ambos os puede herir comportamientos que tengáis después de la ruptura, y la comunicación sólo retrasará el proceso de cicatrización de las heridas. Daros un largo tiempo para poner en orden vuestra vida.
- No permitas que esta conversación una vez finalizada prosiga durante horas, sólo servirá para que brote el rencor, para que pierdas los nervios, o tal vez para que te debilites y cedas ante ruegos de una reconciliación que lo único que hará es demorar el momento de la ruptura
Estas pautas pueden servirte para finalizar una relación, algo que sin duda causará daño a tu pareja, pero al menos puedes tener la tranquilidad de saber que habéis hecho lo mejor para ambos, y que lo has hecho de la mejor forma posible.
Y ante todo: sé maduro. No utilices una amenaza de ruptura para que la relación cambie: eso no funciona así.
Si realmente quieres terminar, hazlo, evitando herir el amor propio del otro y siendo firme en tu decisión: las dudas, las actitudes equívocas pueden hacer albergar falsas esperanzas a la otra persona, cuando tú estás actuando de forma egoísta: intentando un distanciamiento progresivo que a ti no te duela.
Ey, te espero fuera
Ya sé que todo está de más
Y sé cómo es de grande
La culpa pesa un kilo más para el que parte
CASILLA DE SALIDA TRÁS UNA RUPTURA
RUPTURA DE RELACIÓN: UN PUNTO DE INFLEXIÓN
Una ruptura sentimental conlleva en la mayoría de ocasiones, unos sentimientos de ánimo que fluctúan entre la tristeza, el dolor ante el recuerdo y en muchas ocasiones el miedo a la soledad.
Las personas tras una ruptura experimentan la sensación de que tal vez no vuelvan a tener la oportunidad de tener pareja, otras sienten miedo a iniciar una nueva relación por miedo a sufrir una nueva decepción.
Cuando la persona deja la relación de pareja tiene que trabajar en varios frentes: por una parte tiene que volver a hacer que su vida funcione: en muchas ocasiones gran parte de su tiempo era compartido y hay que volver a empezar de cero, buscando nuevas actividades, haciendo amigos o simplemente haciendo que el tiempo pase y las heridas cierren.
Este período de tiempo puede ser enriquecedor para la persona si analiza no solamente aquello que no le gustaba de la relación fallida, sino qué cosas de ella misma perdió o sacrificó sin desearlo realmente: que parte de sí misma se quedó por el camino.
Tal vez sea un buen momento para decidir y diseñar el futuro, en el sentido de poder ser el guionista de su propia obra: si la persona se rodea de aquello que le gusta, si realiza las actividades que le gustan, si se siente segura y confortable en su nueva vida, más posibilidades tendrá de que el futuro le sonría.
Hay que estar especialmente prevenido con las prisas y la desesperación: nada más peligroso que salir de una relación y meterse directamente en otra.
Es una forma de llenar huecos afectivos sin importar realmente quien los llene, y esto muchas veces lleva a un encadenamiento de relaciones fallidas que van minando a la persona.
Tras acabar una relación tómate tu tiempo para conocerte, para decidir qué es lo que buscas en la vida. Aprende a ser feliz por ti mismo, y de esa manera, con una actitud positiva y optimista, serás un valor en alza para ti y para los demás
PROTÉGELES DE LA TRISTEZA
Nuestros mayores son más empáticos y son capaces de ponerse en el lugar de los más jovenes, entendiendo, tras el paso de la vida, que hay pocas cosas realmente importantes, y que "las pequeñas tragedias" diarias son en realidad, situaciones que si bien parecen tremendas en el momento, son simplemente circunstancias pasajeras que en muchas ocasiones no tienen la mayor importancia.
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CRITERIOS DIAGNÓSTICOS TDAH EN DSM-5
A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo, que se caracteriza por (1) y/o (2):
1. Inatención: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales:
Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión de tareas o instrucciones.
Para adolescentes mayores y adultos (a partir de los 17 años de edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.
a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (p. ej., se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (p. ej., tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o la lectura prolongada).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (p. ej., parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (p. ej., inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (p. ej., dificultad para gestionar tareas secuenciales, dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden, descuido y desorganización en el trabajo, mala gestión del tiempo, no cumple los plazos).
f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (p. ej., tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (p. ej., materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles del trabajo, gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (p. ej., hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).
2. Hiperactividad e impulsividad: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante, al menos, 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente a las actividades sociales y académicas/laborales:
Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender tareas o instrucciones.
Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.
a. Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (p. ej., se levanta en la clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, o en otras situaciones que requieren mantenerse en su lugar).
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado.
(Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.)
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
e. Con frecuencia está "ocupado," actuando como si "lo impulsara un motor" (p. ej., es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivamente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (p. ej., termina las frases de otros, no respeta el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (p. ej., mientras espera en una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (p. ej., se mete en las conversaciones, juegos o actividades, puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros).
B. Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.
C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (p. ej., en casa, en la escuela o en el trabajo, con los amigos o parientes, en otras actividades).
D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.
E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).
Especificar si:
Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio Al (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio Al (inatención) pero no se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el Criterio Al (inatención) durante los últimos 6 meses.
Fuente: Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de los tras-tornos mentales (DSM-5®), 5a Ed. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2015