El trastorno disocial en niños y adolescentes es un problema de gran importancia, por las repercusiones que puede tener en el futuro (conductas delictivas, fracaso escolar, adicciones, conductas de riesgo).
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Síntomas físicos de la ansiedad
Terapia cognitivo-conductual para el tratamiento de la ansiedad buscando trabajar con la raíz del problema y no con el síntoma
Leer másTRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS QUE PUEDEN CAUSAR INCAPACIDAD LABORAL
Las principales alteraciones psicopatológicas que afectan e imposibilitan al individuo para su desempeño profesional son:
Esquizofrenias y otros trastornos psicóticos
Trastornos bipolares
Trastornos cognoscitivos
Trastornos del ánimo
Trastornos de ansiedad
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Trastornos de personalidad
Trastornos disociativos
Trastornos del control de impulsos.
En cuanto a los trastornos psicológicos producidos de forma directa por el desempeño de una profesión concreta, o directamente relacionados con el ejercicio laboral, puede haber condicionantes o antecedentes previos que, junto a las variables de un determinado trabajo o las condiciones del mismo, pueda desembocar en un trastorno psiquiátrico.
En cualquier caso se puede establecer un nexo causal entre el trabajo y la patología. Asimismo, es necesario considerar dos síndromes que cada vez más afectan a muchos trabajadores y a su capacidad laboral: el burnout y el mobbing.
En este sentido, van apareciendo sentencias judiciales favorables, reconociendo ambos síndromes como accidentes de trabajo.
Algunas sentencias judiciales han concedido recientemente incapacidad permanente absoluta por acoso laboral y derivada de accidente de trabajo. La valoración iría encaminada a constatar la existencia de acoso y evaluar las alteraciones psicológicas que se producen como consecuencia del mobbing.
Un trastorno habitualmente diagnosticado en procedimientos laborales de accidentes de trabajo es el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), pudiendo llegar a establecerse por el Juzgado la invalidez total o absoluta.
Esta categoría diagnóstica es de las más apropiadas para describir las consecuencias psicológicas en los accidentes laborales, incluso cuando indicadores y síntomas de otros trastornos puedan estar presentes o se solapen.
Si se establece dicho trastorno, hay que tener en cuenta que puede ser agudo o crónico, y de inicio inmediato o demorado.
El daño psíquico conforma la denominada huella psíquica y, como tal, puede aportarse como prueba. Así, de diagnosticarse un TEPT, la medida del mismo sería considerada la huella psicológica, pudiendo haber otras medidas indirectas potenciadoras del mismo.
LA IMPORTANCIA DE LA TERAPIA PSICOLÓGICA TRAS DEJAR EL ALCOHOL
Esta terapia es tanto para ayudarle a prevenir recaídas, a enseñarle formas de evitar aquellas personas/lugares que pueden hacerle difícil mantener su decisión o, y esto es sumamente importante, a reorganizar su vida SIN ALCOHOL, algo que es más complejo que dejar simplemente de beber.
Leer másLA TEORIA DEL SIGNIFICADO DE LOS SUEÑOS
En todos los tiempos ha sido una constante la preocupación y el interés de las personas por la interpretación de los sueños.
Sin duda, las teorías más populares son las psicoanalíticas, en las que habitualmente se consideran los sueños como deseos ocultos.
Esta idea resulta romántica y atrayente, sin embargo, el avance en el conocimiento de las funciones cerebrales, ha permitido postular nuevas teorías integradoras sobre por qué soñamos y qué significa lo que soñamos.
La teoría de la activación-síntesis de Hobson, supone un avance en la explicación de los sueños a través de la actividad cerebral.
Dos teorías contrapuestas serían las de Dennet, que plantea que los sueños son puro ruido cerebral (activación de diferentes zonas cerebrales sin coherencia alguna), en contraposición a la opinión sostenida por Freud en la que los sueños esconden un deseo inconsciente reprimido y disfrazado por el censor para que su contenido perturbador no despierte al durmiente.
Una visión de ambas posturas podría darnos una explicación de lo que es en realidad el sueño. Hobson ofrece la teoría más reconocida actualmente en este campo: la Teoría de la activación-síntesis. Para Hobson el sueño es la conciencia subjetiva de la activación cerebral mientras dormimos.
La activación es un concepto energético: sería la actividad neural masiva que se produce durante el onirismo desde las estructuras subcorticales hacia el córtex.
Freud daba interpretaciones psicológicas a las alucinaciones motoras y visuales del sueño (las imágenes y sensaciones de parálisis muscular o de correr en los sueños), mientras que Hobson las considera consecuencia directa de los cambios en los niveles de ciertos neurotransmisores, de forma que el sueño sería un proceso biológico automático, es decir, la base del sueño es de tipo fisiológico y no psicológico.
Según la teoría de la síntesis-activación, la activación es el componente principal del sueño y se origina en las áreas cerebrales subcorticales (va hacia arriba). No es consecuencia de procesos cognitivos superiores (como serían los deseos freudianos).
Sin embargo esta activación no excluyen la interpretación que el córtex da a las cosas. A la actividad cerebral le damos un significado, lo que representaría la síntesis del sueño.
De esta forma los estímulos que hemos recibido durante el día se activan durante el sueño a nivel cortical, y el hemisferio cerebral izquierdo se encarga de “ordenar” (sintetizar) esta información aleatoria mediante una fabulación, esto explica por qué los sueños son a veces tan incoherentes.
Dicho en otras palabras: para dar significado a los sueños, desde la teoría de la activación-síntesis, debemos pensar en los estímulos que recibimos a lo largo del día, que emergen durante el sueño, y el cerebro al recibir este “bombardeo” de información, lo organiza libremente a través de un guion libre que sintetiza y reorganiza la información que hemos ido recibiendo.
RUPTURA: DE QUÉ MANERA TAN DIFERENTE PODEMOS INTERPRETAR LAS COSAS
La interpretación de una ruptura a veces puede no estar ajustada a la realidad.
Descripción de los problemas que nos solemos encontrar en una ruptura de pareja, y pequeñas reflexiones para poder superar esta situación.
Leer másLOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS (LA DESTRUCCIÓN DE LA PAREJA)
El amor, el compromiso, el “contigo pan y cebolla”… ¡qué tierno todo! Cuánta ilusión por comenzar una vida en común y, sin embargo, cuántas veces nos alejamos de aquellos objetivos que nos guiaban para unir la vida a la otra persona.
Lo que era comprensión, complicidad e ilusión, se convierte en una rutina llena de reproches y rencores.
Sin darnos cuenta nos dejamos engullir por la rutina, por las responsabilidades y nos olvidamos de que esas responsabilidades que un día aceptamos como vehículo para unirnos a otra persona, se han convertido en la esencia de la relación y él “nosotros” ha pasado a ser un asunto fastidioso, fuente de malestar.
John Gottman diseñó un método de trabajo en los conflictos de pareja, que incide en los cuatro problemas fundamentales que existen en la relación. A ellos se refiere con el terrorífico nombre de “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”
Siguiendo el método Gottman, el objetivo en la terapia de pareja es ayudar a las personas a cambiar el conflicto verbal por formas más adaptadas de comunicación, fomentando la complicidad, la intimidad, el respeto y las muestras de afecto.
Igualmente se marcan aquellas actitudes para evitar el conflicto (sin que por ello desaparezca), o de mantener una actitud retadora, a la defensiva.
En definitiva, se busca cambiar el conflicto verbal por comunicación y tender puentes para que las conductas que van abriendo una brecha entre la pareja desaparezcan y vuelvan a “sintonizar”.
Es una trabajo en el que el terapeuta, a través de una escucha y observación de la interacción que se produce en la pareja, va marcando aquellos “jinetes” que van cabalgando directamente hacia la destrucción de la relación.
Se busca dotar a las personas herramientas de comunicación o de modificación de conducta para incrementar el intercambio positivo y volver a esa línea base en la que decidieron que merecía la pena construir un proyecto de vida en común.
FAMILIARES DE PACIENTES ONCOLÓGICOS: EL DOLOR EN LA SOMBRA
Cuando a un familiar cercano le detectan un cáncer, se producen diferentes reacciones psicológicas. Por una parte tenemos la del paciente, pero pocas veces se presta la suficiente atención a la salud mental de sus familiares.
La familia directa se siente en la obligación de cuidar al paciente oncológico, de darle ánimos, acompañarle a sus citas médicas, procurar su bienestar y en definitiva, sacar fuerzas de la flaqueza para ayudar a la persona más débil en ese momento.
Sin embargo esa aparente fortaleza está llena de miedos e inseguridades, muchísimas veces sufridas en silencio, con la convicción que “no se tiene derecho a expresar el dolor cuando otra persona está pasando un cáncer”.
Los familiares tienen un miedo lógico a la pérdida del ser querido, sienten dolor por su sufrimiento. La enfermedad y su tratamiento se va haciendo visible en el enfermo, y sus familiares sienten impotencia, se agolpan los pensamientos negativos, las dudas, el miedo.
A veces se sienten aislados respecto a sus amistades, no quieren compartir lo que les está pasando por miedo a derrumbarse o a verbalizar su angustia.
En otras ocasiones se enfadan con el mundo, consideran injusta la situación y sienten rencor por aquellas personas que consideran que no se están preocupando de su situación, que no son lo suficientemente empáticos o que esperaban otra reacción más cercano (a este respecto tengo que decir que muchas personas se preocupan pero no llaman, porque no saben qué decir o cómo conducir la situación).
En cualquier caso es recomendable que las personas que tienen un familiar cercano con un proceso oncológico acudan a terapia. Los cuadros más habituales que presentan son:
Ansiedad
Depresión
Sentimientos de culpa
Dificultades de afrontamiento
Ira
Frustración
Dificultades para conciliar/mantener el sueño
Desesperanza
Pensamientos negativos
Aislamiento social
Sobrecarga emocional
Agotamiento mental
A veces “las cosas salen bien”, otras veces desgraciadamente salen mal. Trabajar las situaciones según va evolucionando la enfermedad es necesario en ambos casos.
No hay que olvidar que un paciente oncológico una vez recibida el alta, comienza otro camino y no siempre es de rosas.
Los efectos secundarios, neutropenia, miedo a la recidiva, alteraciones físicas, reducción de movilidad, pérdida de calidad de vida, depresión, ansiedad, etc. son comunes en una etapa post-cáncer, y la familia, muchas veces agotada, tiene que hacer frente a nuevos retos: es muy frecuente que el paciente oncológico sea “más llevadero” cuando estaba luchando con el cáncer.
Por ello también en esta etapa, la familia necesita un apoyo psicológico porque nadie puede “hacerse el fuerte” eternamente, y luchar contra las resistencias que pone un paciente que ha sufrido cáncer, produce sentimientos de impotencia, angustia, enfado y en algunos casos deriva hacia una ansiedad.
Desde aquí mi más profunda admiración hacia los auténticos luchadores en la enfermedad del cáncer: ellos deciden quedarse y luchar. Los pacientes, desgraciadamente no tienen esa elección.
Yo tuve la mejor atención del mundo: mis hijos, mi yerno, mi amiga, mis perros formaron mi círculo más próximo, los luchadores en la sombra que como una sociedad perfectamente organizada, estuvieron siempre a mi lado y me puedo imaginar lo mucho que sufrieron, pero de alguna extraña manera jamás viví en un ambiente de enfermedad.
En otro caso que conozco, con un triste final, la familia mostró un apoyo incondicional hacia la persona enferma.
Fueron una piña y a su marido/padre/hermano/cuñado/amigo le dieron tanto amor, tuvieron una actitud tan positiva que no me cabe duda que la fabulosa persona que era el centro de sus vidas, se fue con el corazón lleno de paz y de amor.
Algunos necesitaron terapia durante el proceso de la enfermedad, ahora lo siguen necesitando, pero no se han sentido “perdidos” durante un proceso tan doloroso.
Cuidaros para cuidar. Eso es lo que os pediría cualquier persona que estuviera enferma.
LA PERSONA NARCISISTA: UNA DIFÍCIL CONVIVENCIA
El trastorno de personalidad narcisista queda recogido en el DSM 5 con los siguientes criterios:
Criterios diagnósticos 301.81 (F60.81)
Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los siguientes hechos:
1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).
2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.
3. Cree que es "especial" y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.
4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.
5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).
6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus propios fines).
7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.
9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.
Estas características que describe el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales, hace especial hincapie en la lucha de la persona por ser admirado, patrón tendente a la grandiosidad (bastante evidente en la forma de hablar y el lenguaje corporal) y una falta de empatía, en parte debido a sentirse especiales y superiores al resto de las personas.
Suelen ser personas arrogantes, que sobrevaloran sus logros o simplemente consideran que “ellos siempre lo hacen bien, siempre tienen razón”, llegando en el ambiente laboral a crear situaciones tóxicas, dada su tendencia a la falta de compañerismo y la atribución de todos los logros a su persona, y todos los errores a sus compañeros, o menospreciando o criticando abiertamente sus logros.
No soportan que les hagan sombra, que no se les admire y reconozca.
Todo su anhelo es sobresalir, y para ello realizan actividades encaminadas a superar al resto de las personas, quedar en un plano en el que sean admirados y reconocidos como “superiores”.
En realidad tras una personalidad narcisista se encuentra una persona atormentada por su baja autoestima. Esa necesidad de sobresalir constatemente, les hace vivir una vida con esfuerzos permanentes por llegar a la cima de cualquier cosa, de salirse de la media, de resaltar.
No se aceptan tal como son, no disfrutan de si mismos con esa extraña necesidad de sentir la admiración de los demás.
Ciertamente, una persona que tiene oculta una baja autoestima puede utilizar esa supuesta arrogancia con la pretensión de que las personas le vean como quiere ser, y no como realmente se siente o es.
La falta de empatía que demuestra hacia los demás le hace encontrar dificultades en hacer amistades, es muy cansado pasar un rato agradable con alguien que intenta sobresalir y sólo está interesado en él mismo.
Durante un tiempo puede fingir un interés por los demás, pero es algo muy instrumental: una forma de “copiar” cosas que admira o para conseguir ser aceptado en grupos, de los que pronto se verá rechazado por sus características de interrelación.
Normalmente buscan posiciones sociales elevadas: critican abiertamente lo que socialmente no está a su alcance, pero lo envidian y anhelan. Normalmente la crítica es desmedida hacia todo aquello que les produce envidia (y un narcisista puede envidiar toda aquella cualidad que desea para aumentar su grandiosidad)
Las relaciones de pareja suelen ser dificultosas y poco gratificantes. Pueden enamorarse y mantener una relación de pareja siempre que la persona con la que esté le admire o sea una persona que le ayuda a destacar y brillar.
Dada su escasa empatía, probablemente le cueste sentir un afecto profundo que no sea el derivado de sentirse amado y admirado. Si esto no ocurre o la persona que comparte su vida le contradice en sus ansias de grandiosidad, habrá problemas.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
Es muy complicado tratar a una persona con este patrón de personalidad, ya que rechazan de plano las críticas (pudiendo adoptar una actitud de rechazo).
Es difícil que acepten que puedan estar equivocados o simplemente que acepten que hay personas en su entorno con tantas cualidades como las que ellos mismos se atribuyen.
Es conveniente para su tratamiento, realizar las sesiones grabadas. El lenguaje corporal que desarrollan suele ser aversivo para otras personas (grandilocuencia) y es más fácil mediante el visionado que puedan aceptar la diferencia que hay respecto a tono y gesticulación (o incluso la mirada) para que puedan ver los errores.
Una práctica que resulta interesante con ellos es grabarles hablando de un tema concreto durante un periodo de 5 minutos, y grabar a personas de edad y físico similares haciendo el mismo ejercicio, para luego preguntar a otras personas qué les suscita cada uno de ellos.
Puede ser que no sepan identificar claramente la personalidad narcisista, pero probablemente les reconocerán por sus rasgos.
El tratamiento a seguir con estas personas se basa en la experiencia que van teniendo en la interacción con otras personas y las dificultades encontradas, para luego pasar de la primera atribución de la responsabilidad a “otros” a intentar buscar los propios fallos y buscar formas nuevas de relación.
El control de gestos, posturas, tono de voz, etc, también es muy importante, ya que esa primera tarjeta de visita en estas personas puede resultar aversiva.
Fuente: MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES 5ta. EDICIÓN DSM-5®
COMUNICACIÓN EN LA PAREJA: "LOS LECTORES DE MENTES"
Los lectores de mente hacen interpretaciones libres de la conducta de su pareja, y actúa según la convicción de que aciertan con su pensamiento.
Entonces se montan la película, de la película sale la bronca, porque el supuesto pensador/a puede protestar diciendo que eso no es lo que piensa, que no es cierto, y la otra persona dirá: “mientes”, nada, que uno no es dueño de sus pensamientos.
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En los procesos neuropsicológicos alterados ligados al consumo de alcohol, se pueden diferenciar dos clases en relación al curso de la disfunción cerebral: procesos agudos y procesos crónicos
Leer másDECIR: "TODAVÍA ERES JÓVEN" NO AYUDA EN UNA RUPTURA
La vida son etapas, cada una con sus características. Cuando demos un consejo a una persona joven, debemos tener en cuenta que aunque la experiencia es un grado, también es necesario saber apreciar la fuerza de la juventud, la esencia de "el aquí y ahora".
Si no podemos ponernos en su lugar, tal vez no sea muy acertado el consejo dado con tan buena intención.
No debería sorprenderos la fuerza de la juventud, su ímpetu, su falta de proyección en el futuro.
Una persona de 18, 20, 25 años es incapaz de tener una experiencia vital que le enseñe que las cosas duelen, dejan de doler y pasan, viven sus experiencias como lo que son, lo más grande en las experiencias: el primer dolor, el primer desamor, la primera ruptura.... es desgarrador.
Para los jóvenes que pasan por la experiencia de una ruptura sentimental no deseada, la vida se despedaza, porque es casi todo lo que han experimentado.
La entrega al primer amor, sin experiencias previas, es algo puro, es la máxima expresión de un afecto que se considera atemporal y que la propia juventud hace ver imbatible, más allá de las dificultades.
Cuando se produce esta ruptura nos encontramos con dos perfiles: los que han sabido conservar su núcleo de amistades, han diferenciado un poco el mundo "de la pareja" de los amigos y se pueden refugiar en su grupo, en su gente, para vivir esta terrible experiencia con el total apoyo de sus amigos (nunca nadie sentirá tanto la intensidad de la amistad como cuando se produce una ruptura en la juventud).
Hay otro grupo de chicos, a los que yo llamo cariñosamente "los matrimonios de enanos", que se han encerrado en una relación hermética al mundo, absorbente. Han ido apartándose de amistades y planes de ocio y han convertido a su pareja en su auténtica "costillita". Este grupo tiene a menudo dificultades serias para superar el momento.
La depresión se une a la baja autoestima, la perplejidad, su primer mundo roto en pedazos y la sensación que jamás van a superar este momento.
Los que ya llevamos una temporada por estos lares, sabemos que de todo se sale, y que al final el rodaje hacia la normalidad tiene muchas tardes de cara de póker y estar muriéndose por dentro, hasta que dejan de apetecer las canciones tristes, recordar los momentos felices que no volverán, y se tiene conciencia de que la vida sigue, que no se va a detener y que hay que seguir adelante.
Un joven ante una ruptura necesita EMPATÍA, pero de la buena, no de la "sé cómo te sientes", de la de "me acuerdo cómo me sentí".
Saber que todas sus emociones, sus miedos, su inseguridad son reales y no menos dolorosas que cualquier otro dolor de la vida son fundamentales.
No le digas a un joven en proceso de ruptura "eres joven". Eso no le ayuda y sólo demuestra que no aceptas su dolor porque lo pasas por la tamiz de una experiencia de la que ellos carecen, y que tienen que vivir.
Proporcionarles herramientas para no caer en errores como vigilar o espiar a su ex, sentirse culpable, aislarse del mundo o pensar que volverá, es fundamental en estos momentos.
Reconstruir a un chico joven herido duele. Verle salir de la consulta para comerse el mundo a bocados es una experiencia maravillosa.
CELOS PATOLÓGICOS: EL SÍNDROME DE OTELO
Es difícil distinguir los celos normales de los patológicos (síndrome de Otelo), pero aquella persona que los sufre suele poseer una notoria inseguridad personal y sentimiento de posesión de otro (el amor no debe confundirse con posesión) y una ansiedad desmesurada a perder el objeto amado, lo que apunta a una inestabilidad emocional.
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La sexualidad en la tercera edad se adapta a las necesidades de las personas
A medida las personas se van haciendo mayores, el aspecto sexual se va convirtiendo, en muchos casos en un tema "espinoso".
Existen cambios fisiológicos que requieren una readaptación de la persona a sus propias respuestas sexuales como algo natural, y por otra parte, es necesario desterrar las concepciones erróneas respecto a que a partir de "cierta edad" no puede disfrutarse del sexo.
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Los padres tenemos que estar pendientes de como se relaciona nuestro hijo para evitar el acoso escolar. En época de vacaciones podemos ver cómo se relaciona nuestro hijo con sus amigos: si tiene problemas de relación, si hay rechazo por parte de los compañeros o algún problema que pueda dar lugar a un caso de acoso escolar.
Leer másQUEDA OFICIALMENTE INAUGURADO EL PERIODO DE "OBJETIVOS PARA NO CUMPLIR"
Si nos marcamos objetivos demasiado ambiciosos, probablemente nuestro subconsciente maneja la posibilidad de fallar: es obvio: "no pude hacerlo porque era imposible" es mejor que "no pude hacerlo porque si no lo hago en octubre, a saber por qué iba a hacerlo más de 10 días en enero".
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Cuando la mochila emocional está muy llena de piedras (dolor, decepción…) llega un momento que un simple guijarro puede ser suficiente para hacernos caer hacia atrás. En la Consulta Psicológica Villaverde intentamos ir aliviando el peso de tu mochila, descargándote de pesos emocionales que cargamos sin haberlos trabajado.
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Respuestas a diferentes preguntas que se pueden hacer las personas respecto al Trastorno Bipolar
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En principio se llegó a la conclusión de que el contacto entre madre e hijo eran vitales para el desarrollo de un mayor apego, aunque las investigaciones más recientes dan menor importancia a este hecho.
Otros autores mencionan que entre las tareas del desarrollo para niños de 0-1 años se encuentra la regulación biológica: interacción armoniosa con los padres como formulación de una buena relación de apego.
Ya, entre el año y año y medio, aparece la exploración, experimentación y dominio del mundo del objeto, con el cuidador como base segura para responder al control externo de los impulsos.
Las tareas evolutivas características de cada etapa comienzan en los primeros meses, donde tienen que ver con el establecimiento de un buen lazo afectivo con los padres y de respuestas a las exigencias paternas y sociales sobre el control de esfínteres, los cambios en la alimentación, etc.
Durante la segunda mitad del primer año, el pequeño comienza a concebir el objeto como algo que existe independientemente de sí mismo, en un concepto de relaciones espaciales y causales, incluso cuando no lo percibe directamente, por lo cuál puede emprender su búsqueda.
Aunque los resultados obtenidos indican que la mayoría de los bebés desarrollan anteriormente esa capacidad en relación con las personas que en relación con las cosas, sólo hacia el noveno mes aquella se desarrolla de manera razonable y, en una minoría, varias semanas después.
El hecho de poder confiar en una figura de afecto, amén de mostrarse accesible y que pueda ser capaz de responder a los requerimientos del sujeto, dependería de:
a) el que se estime que la figura de apego es o no el tipo de persona que por lo general pueda responder a los requerimientos de apoyo y protección
b) el que uno mismo, de acuerdo con las estimaciones, sea o no el tipo de persona hacia quien un tercero pueda responder con muestras de apoyo. Como resultado, el modelo de la figura de afecto y el modelo de si mismo suelen desarrollarse de manera tal que se complementan y reafirman mutuamente.
El desarrollo emocional durante el primer año establece la base de la salud mental en el individuo humano (Winnicott, 1995), pero desde el momento del parto y las semanas posteriores, el apego de la persona se va consolidando.
De esta forma, se ha constatado que las madres cansadas o deprimidas en las semanas siguientes al parto incrementan la posibilidad de que sus hijos al hacerse mayores se vuelvan retraídos, se reduce el apego por la falta de atención habitualmente dispensada por la madre (Ortigosa, 1999).
En presencia de una figura materna sensible a sus requerimientos, por lo común el bebe se muestra contento; y una vez que adquiere cierta movilidad suele explorar el mundo circundante lleno de confianza y valor.
En ausencia de aquella figura, más tarde o más temprano el bebe experimenta un sentimiento de zozobra y responde con una viva sensación de alarma a toda suerte de situaciones imprevistas, por levemente extrañas que le resulten.
Ante la inminente partida de la figura de apego o cuando ésta no puede ser hallada, el pequeño suele emprender una acción dirigida a detenerla o buscarla, y no logra superar su ansiedad hasta tanto no lograr cumplir sus objetivos.
En la adolescencia, el vínculo de apego que une al hijo con sus padres cambia, ya que otros adultos comienzan a tener igual o mayor importancia que los padres acompañando la atracción sexual que empieza a sentir por compañeros de su misma edad.
En esta etapa, las variaciones individuales en el apego se vuelven mayores. En un extremo se encuentran los adolescentes que se apartan por completo de sus padres; y en el otro, los que siguen apegados a ellos y no pueden o quieren dirigir su conducta de apego hacia otras personas.
En medio se encuentran los que siguen teniendo un apego fuerte hacia los padres, pero sus vínculos con los demás también son importantes.
El vínculo con los padres se mantiene durante la vida adulta y afecta a la conducta de diferentes maneras. En la vejez cuando la conducta de apego ya no puede orientarse hacia miembros de la generación anterior, tal conducta se puede dirigir hacia los miembros de la generación más joven.
Durante la adolescencia y la vida adulta, parte de la conducta de apego no sólo se suele dirigir hacia personas de fuera de la familia, sino también hacia grupos e instituciones fuera de esta.
Para muchos la escuela, trabajo, grupo religioso, etc., pueden convertirse en figuras de apego subsidiarias. En tales casos, es probable que, al menos inicialmente, el vínculo con el grupo se establezca por el apego hacia un miembro que ocupe una posición destacada en él.
Ante una enfermedad o catástrofe, los adultos se vuelven con frecuencia más exigentes respecto de los demás. Ante un desastre o peligro, es casi seguro que el sujeto buscará la proximidad de algún conocido en quien confía (Bowlby, 1969; 1998).
En cuanto al miedo a los extraños, la secuencia se encuentra marcada por los siguientes hitos: Los primeros días de vida, el bebe no discrimina entre personas familiares y no familiares. Reacciona de forma similar ante unos y otros . Se muestra audaz: la presentación de objetos novedosos desencadenan respuestas de interés sin temor
3 y 6 meses: reacción positiva ante personas desconocidas, pero comienza la diferenciación en la interacción con las personas conocidas y no conocidas.
6 y 8 meses: cauto e inhibido ante la persona extraña
8-9 meses: miedo a los extraños
9-12: aumento en la intensidad conductual del miedo a los desconocidos
24 meses: máximo de intensidad del miedo. A partir de los dos años suele perder intensidad debido a procesos autorregulatorios
NIÑOS EXPUESTOS A VIOLENCIA FAMILIAR
El conflicto interparental afecta la implicación, el apoyo, la disciplina y el control que los padres tienen con sus hijos.
Vivir en un ambiente hostil y violento es muy debilitante para la víctima (en este caso nos centramos en la mujer y la violencia doméstica).
Ella tiene que centrar toda su atención y energía en evaluar el estado emocional de su compañero y su estado de ánimo (propensión a la violencia), así como defenderse a ella misma y a sus hijos de ataques verbales y físicos.
Como es lógico, al vivir en este ambiente, la víctima se preocupa de necesidades y seguridad, descuidando las necesidades de sus hijos. Otro problema de estas familias es la inconsistencia en la educación del niño.
A veces la madre se comporta de manera completamente diferente cuando está sola con sus hijos que cuando está presente el padre.
Además de esto, en muchas ocasiones existen problemas adicionales a los que enfrentarse, como pueden ser divorcio, problemas económicos, desempleo, riesgo de desalojo de casa, etc.
Todos estos factores pueden influir en la capacidad de la madre para dar respuesta a las preocupaciones y miedos del niño.
De esta forma, la inconsistencia, ineficacia y ausencia de respuesta de los padres a la satisfacción de necesidades del niño, afectan al desarrollo de vínculos afectivos hacia las figuras de apoyo, algo imprescindible para que el niño desarrolle sus competencias y un funcionamiento adaptativo.
Ante este tipo de vinculación, es probable que los niños sean más vulnerables a padecer estados afectivos variables, imprevisibles y negativos.
Esta negatividad emocional se traduce en un rechazo hacia los padres, y varía entre hostilidad manifiesta a aislamiento y negligencia, asociada a varias formas de inadaptación del niño, incluyendo pasividad, baja autoestima y control, falta de confianza y baja competencia social.
Cuando se produce una disrupción de este tipo en la vinculación, el niño experimenta una rabia intensa, ansiedad, miedo y luto, que impide que el niño pueda desarrollar confianza y una vinculación (apego) segura hacia su cuidador.
La vinculación débil conduce al desarrollo de patrones de regulación afectiva inadaptativos, como el aislamiento, evitación, intimidación y agresión, que por su parte impiden al niño una vez convertido en adulto, involucrarse en relaciones que requieren intimidad.