El Trastorno Oposicionista Desafiante en un grave problema de conducta que suele aparecer en la infancia
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Cuando una pareja rompe lo usual es que sea uno de los dos el que se arme de valor para dar el paso.
Las rupturas son difíciles, las rupturas en las relaciones verdaderas, claro, porque si desde el principio no existe un compromiso o un plan de futuro, romper una relación es como cambiar de vaqueros.
Pero aquí tratamos el problema de parejas consolidadas, las que tienen una proyección de futuro y empezaron con la ilusión de compartir sus vidas.
Pero la realidad a veces es amarga, las situaciones complejas, y ante todo, no podemos planificar el futuro porque es incierto: demasiados factores entran en juego y nos hacen ir sorteando el día a día requiriendo ajustar nuestros planes, nuestras expectativas, nuestra forma de actuar.
En las parejas que las cosas se tuercen, que motivos hay a cientos, desde los mas simples: se acaba la atracción, el camino de ambos es divergente, las discusiones son demasiado amargas, a situaciones complejas como infidelidades o faltas de respeto que hacen imposible la convivencia.
Sea cual sea la causa, la ruptura es un fracaso de un proyecto, en el que une pone el punto y final y otro se siente “el abandonado”. Esta exposición, que es la común en las rupturas es simplista y ayuda a dar una respuesta a una situación: el culpable y el inocente.
Nadie es totalmente culpable, nadie es totalmente inocente, incluso cuando se produce una infidelidad, hurgando un poco nos encontramos parejas en las que una de las dos personas se ha sentido relegada a un segundo plano respeto a las tareas cotidianas.
Ha reclamado más atención, recuperar la magia, la comunicación y no ha recibido respuesta. En este caso, cubrir las necesidades afectivas han tenido un motivo (la deslealtad no es la forma, aunque exista una explicación para ello).
En cualquier caso, normalmente a consulta acude “el dejado”, “el humillado”, el que no sabe el por qué real de la ruptura (normalmente nunca lo sabrá, la gente suele dar respuestas de compromiso porque ya no luchan por la relación y no quieren arreglar las cosas).
La persona que se siente abandonada sufre, añora a la persona que fue su pareja y…. normalmente pierde un poco el sentido de la realidad, cosa normal, es dolor es insoportable y en estos casos el componente obsesivo lo convierte en patológico.
Ahora bien, a la persona a “la que han dejado” se serena y puede hablar del pasado, el discurso inicial de incomprensión y de deseo de regresar con su pareja, empieza a verse empañado por episodios en los que la convivencia no era tan idílica.
La persona no era tan perfecta, vamos que en muchos casos la relación era una castaña, pero como somos cobardes, preferimos una mala relación de pareja a la soledad, y hacemos de la necesidad virtud, y “nos creemos” esa historia que ya no funciona.
En terapia intentamos que la persona sea más objetiva respecto a la biografía de su relación, a sus verdaderos sentimientos antes de la ruptura, a cómo se sentía, como vivía aquella vida, e incluso en como era su pareja en los últimos tiempos.
Es un proceso que “descoloca” un poco, porque la persona empieza en un modo piloto automático de ver solo lo bueno que ha perdido y es incapaz de ver la realidad.
Cuando conseguimos superar ese momento, que recupere su identidad, que comprenda que su felicidad es importante y no se basa en el pasado, sino en el presente que está construyendo y en el futuro, empieza a ver las lagunas y las imperfecciones de lo vivido.
A veces se da cuenta que seguía dentro de una relación por inercia pero los sentimientos iniciales, esos que está reviviendo ahora, los únicos que parece recordar, hace tiempo que desaparecieron.
El choque con la realidad es un proceso fascinante, porque la persona, sorprendida, es capaz de analizar el pasado de forma objetiva, y sus sentimientos se ordenan, y empieza a luchar por recuperar su autoestima, por ser feliz comprendiendo que la verdadera felicidad no es que alguien nos quiera (que está muy bien), sino sentirse en paz con nosotros mismos.
Sintiendo que no hay gran diferencia entre lo que deseamos ser y hacer y lo que tenemos. En ese punto, una pareja tiene que ser alguien que nos aporte, que nos sume, que nos realce, que ponga la guinda al pastel de nuestra vida.
El dato más positivo es que la totalidad de las personas que han pasado por terapia (por lo menos en esta consulta), han experimentado una mejoría en menos de un mes de tratamiento, al segundo mes de tratamiento (como anécdota, habían cambiado la foto de perfil por otra en la que mostraba una actitud optimista y relajada).
A los tres meses, no volverían con su pareja ni les tocarían con un palo, no por rencor, simplemente por ser pasado y no presente ni futuro.
Si estás en el momento de manta, pañuelos, música romántica y visitas constantes a sus redes sociales, pensando que la vida ha terminado, date una oportunidad.
Busca ayuda, abre los ojos y empieza a caminar por la vida eligiendo el cómo, con quien y sabiendo abandonar algo cuando ya no es una fuente de gratificación.
El dolor no es eterno, no lo hagas eterno.
CRISIS EXISTENCIAL EN LA ADOLESCENCIA: EL DESCONCIERTO DE LOS PADRES
La adolescencia es la edad más intensa en la vida del ser humano.
Podríamos decir que la infancia es la época de descubrir el mundo, la edad adulta la época en que intentamos maximizar los beneficios de nuestra vida a los recursos emocionales y económicos de los que disponemos, y la madurez la etapa en la que nos centramos en nuestros seres allegados y disfrutamos de las pequeñas cosas de una forma serena.
Pero la adolescencia… el paso de ser un niño a un adulto es difícil. La revolución hormonal, las inseguridades, el tremendo esfuerzo por conseguir ser aceptado por el grupo.
La experimentación, las preguntas que se hacen los adolescentes sobre quienes son, qué quieren, cómo es el mundo, hacen que esta etapa de la vida sea especialmente vulnerable a padecer desajustes emocionales.
Yo suelo decirle a los adolescentes que están en “una etapa igual de maravillosa que de asquerosa”, y asienten, como si fuera la definición perfecta de sus vidas.
Un adolescente tiene una dicotomía respecto al tiempo: se creen eternos y a la vez las cosas tienen que hacerse al momento, como si no hubiera un mañana.
Es una etapa en la que descubren decepcionados que sus padres, los adultos en general tienen fallos, son imperfectos, y no pierden ocasión de expresar su desdén hacia aquellos que en otros tiempos eran sus referentes absolutos.
Porque no hay que olvidarlo: en la adolescencia el modelo a seguir, el timón de su vida ya no son los padres, están seguros que ellos pueden dirigir su día a día de forma mucho mejor.
Y allí andan, dando bandazos (sanísimos por otro lado), jugando al ensayo-error, como un experimento científico en el que no tienen la serenidad suficiente para analizar las consecuencias de sus actos, y en muchas ocasiones, no prestan atención a la responsabilidad de lo que sale mal.
Esta etapa también tiene una dicotomía respecto a la atribución de las responsabilidades: el locus de control.
De esta forma todo lo malo “que les pasa” a nivel de tener amigos, su aspecto físico, etc, lo consideran su responsabilidad, mientras que unos pobres resultados en los exámenes, perder el abono de transportes o recibir una bronca de un profesor es culpa de los otros.
Los padres se sienten muchas veces perdidos con esa máquina que iba a la perfección y ahora anda a trompicones, como si se fuera a gripar. El niño de las buenas notas y el comportamiento intachable empieza a estar literalmente pegado a su móvil, perdiendo el contacto con la familia.
Ninguno de los planes que les entusiasmaban les interesa (suelen detestar los planes en familia).
Pasan muchísimo tiempo solos en su habitación, empiezan a elegir su ropa, muchas veces recibiendo la crítica manifiesta de sus padres, se interesan por el sexo opuesto pero tienen su cuarto como un potrero.
Duermen como lirones, siempre están cansados (menos para salir), baja su rendimiento académico….
Esta etapa que los padres viven como una lucha constante, tampoco es fácil para los chicos. No se gustan. Se autocritican.
Por otra parte tienen las emociones a flor de piel, cualquier discusión con los amigos se vive como un drama, y los primeros amores son motivo de una gran intensidad emocional, pasando de la risa al llanto por cualquier motivo.
Tener en caso un chaval en esa edad de ruleta rusa emocional necesita una dosis extra de paciencia por parte de los padres. Yo les daría dos recomendaciones, dos reglas de oro:
Tomarse el tiempo para recordar cómo eran ellos en su adolescencia, lo que hacían, lo que sentían, lo que sufrían, lo que disfrutaban, lo que mentían….
No entrar en veinte batallas a la vez. Elegir sólo aquellos asuntos innegociables y hacer la vista gorda en los menos importantes para no abrir la brecha de comunicación.
Es decir, la hora de llegada, estudiar sin móvil, cenar en familia pueden ser normas que no se discuten, pero si su habitación está hecha un asco, aprovechando la existencia de puertas, se cierra, y cuando su nivel de tolerancia al desorden y suciedad se vea sobrepasado, ya hará algo.
Hay que educarles a que se responsabilicen, pero repetir 50 veces las cosas, amenazar, gritar, machacar para no conseguir nada, lo único que hace es reafirmarles en su opinión “ mis padres son unos histéricos, sólo chillan…”
Por otra parte nuestro hijo no es nuestro amigo: es nuestro hijo. No es conveniente invadir su espacio, interrogarle, enjuiciar a sus amistades, eso es un repelente de primera.
Hay que dejarles claro que pueden contar con sus padres si tienen un problema, que le van a respetar, que no tienen que contar el fondo de los problemas, o todos los problemas, pero que en casa van a encontrar el apoyo seguro del amor incondicional, que si necesitan apoyo, allí tienen a sus padres, aunque sólo sea para abrazarles, sin preguntas, sin presiones.
Especialmente delicado es el caso de los adolescentes que “se pierden en si mismos”, que no saben encontrar la forma de encajar con los compañeros o que toman el camino de la autodestrucción a base de cuestionarse su valía personal.
Muchos entran en un bucle de ensimismamiento, soledad autoimpuesta, creencia de que valen menos que los demás, que nadie les acepta.
Algunos se vuelven cada vez más herméticos y encuentran normalmente en redes sociales grupos de chicos y chicas con sus mismos problemas.
Esto puede ser muy peligroso: se retroalimentan los unos a los otros, empiezan a odiar la normalidad y se expresan como diferentes de forma desafiante: creen que son diferentes e intentan acentuar estas diferencias, muchas veces a través de distintas tribus urbanas: Emos, Raperos, Góticos, Heavies, Hippies, Punks, Skaters, Rastafaris, Otakus, Hipsters, Rockabillies, Steampunks, Swaggers, Gamers, Pokemones, Grunges……
Estas subculturas tienen sus propios códigos de estilos de vida, formas de vestir, etc. Algunas son peligrosas porque incitan a cortarse, a vivir en estados depresivos permanentes, otras simplemente se centran en juegos obviando el mundo exterior.
Pertenecer a uno de estos grupos es una forma de autoafirmarse, pero el problema es que no se dan cuenta que aislarse del mundo exterior viviendo en su propia subcultura puede llegar a ser una forma de marginación, de la que en algún momento tendrán que salir para enfrentarse a la vida real, o al menos compaginar ambos mundos.
Lo principal es que los padres detecten síntomas de que algo en los chicos no va bien. Su mal genio, la oposición, querer saber más que nadie, son completamente normales.
Aislamiento, tristeza, apatía, falta de interés por todo, absentismo escolar continuado NO ES NORMAL. En estos casos es necesario actuar, intentar ofrecerles apoyo, “ponerse en sus zapatos”, y en caso de que nada funcione, intentar que hablen con un profesional.
Muchos dirán que no tienen por qué contarle sus cosas a un desconocido, pero la idea es: precisamente porque es una persona que no te conoce no te va a juzgar, te va a escuchar y te va a dar algunos consejos para que estés más cómodo contigo mismo.
No te conoce a ti, pero conoce los problemas de la adolescencia, las cosas que pasan, cómo se siente y cómo se piensa a esta edad, y no te va a dar consejos o charlas interminables sobre “lo que tendrías que hacer”, sólo te guiará para que tengas confianza en ti mismo, aprendas a batallar contra los estados de ánimo negativos, aprendas a quererte y valorarte, consigas no sentirte tan perdido, puedas ver distintas opciones que son como distintos caminos en la vida.
Desgraciadamente nuestra cultura va hacia caminos poco alentadores para tener una adolescencia tranquila. Hay demasiados factores que van apareciendo, que antes no tenían tanto peso específico, y que hace que esta edad sea muy vulnerable.
La paciencia es fundamental, pero la alerta, la vigilancia prudente a su mundo emocional es fundamental en estas edades.
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Modelar la motivación para aprender. Los estudiantes deben percibir que se valora su aprendizaje y que de él se derivarán satisfacciones personales y la posibilidad de enriquecer su vida.
Comunicar expectativas y atribuciones deseables. Los estudiantes deben percibir que el profesor espera que aprendan con entusiasmo y que se preocupan por aprender y comprender los contenidos, no sólo por aprobar.
Minimizar la ansiedad de los estudiantes por el desempeño. El profesor debe crear un ambiente relajado en el que el alumno sea capaz de concentrarse, y procurar que las actividades estén estructuradas como experiencias de aprendizaje en vez de como pruebas.
Proyectar intensidad. Utilizar expresiones verbales y paraverbales que subrayen los contenidos del aprendizaje más importantes.
Proyectar entusiasmo. Si el profesor presenta el tema con entusiasmo conseguirá más fácilmente captar la atención de los alumnos (la actitud se contagia).
Estimular el interés o el aprecio por la tarea. Se puede incrementar el interés de los estudiantes por un tema o actividad exponiéndoles previamente su utilidad y pidiéndoles que ellos mismos aporten motivos por lo que puede ser importante.
Estimular la curiosidad. El planteamiento de preguntas o problemas que presentan alguna ambigüedad, la generación de debate, la necesidad de conseguir más información para resolver el tema planteado pueden ser estrategias que estimulen su curiosidad.
Estimular la disonancia o el conflicto cognitivo. Presentar aspectos inesperados, incongruentes, paradójicos sobre un tema y desafiar a los estudiantes a resolver la disonancia.
Hacer el contenido abstracto más personal, concreto o familiar. Relacionar las definiciones, principios y las informaciones generales o abstractas con experiencias concretas relacionadas con las vidas particulares.
Estimular a los estudiantes a generar su propia motivación para aprender. Se les puede estimular pidiéndoles que propongan temas o actividades que se relacionen con sus propios intereses.
Establecer objetivos de aprendizaje y proporcionar organizadores avanzados. Se incrementa la motivación de los estudiantes en sus aprendizajes si se les comunica el objetivo de los mismos y se les proporciona guías para el estudio.
Modelar el pensamiento relacionado con las tareas y la solución de problemas. Si el procesamiento de la información y la solución de problemas exigen hacer uso de estrategias que no son perceptibles para el estudiante, a no ser que se les muestre qué hacer y se piense con ellos en voz alta mientras se resuelve el problema.
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Leer másLAS FASES DEL SUEÑO
Las técnicas neurofisiológicas de registro han permitido demostrar que el sueño no es un proceso homogéneo, sino que se organiza cíclicamente en varias fases.
Utilizando registros poligráficos (el electroencefalograma (EEG), el electrooculograma (EOG) y el electromiograma (EMG)), se observa que al dormir tenemos dos tipos de sueño: el NO REM y el REM.
Sueño NO REM.
Son las fases de relajación y descanso, se divide en:
Fase 1. Es la transición inicial de vigilia (estar despierto) a sueño. Vuelve a darse si nos despertamos durante la noche, al dormirnos otra vez.
En esta fase el cuerpo inicia una distensión muscular, la respiración se hace uniforme y la actividad cerebral se hace más lenta que durante el estado de vigilia. El sueño es ligero. Tiene una duración de entre 30 segundos y varios minutos en cada ciclo.
Fase 2. El dormir se hace menos superficial. La actividad cerebral se ralentiza más. Dura aproximadamente una hora en cada ciclo.
Fases 3 y 4. Es la fase de sueño más profundo, durante el cual el cuerpo descansa más. Se llama también fase de sueño lento, porque en la actividad cerebral las ondas son muy lentas.
Cuando una persona está en esta fase se necesitan fuertes estímulos táctiles o auditivos para despertarle.
Sueño REM. En esta fase es cuando soñamos. REM viene de las siglas en inglés: Rapid Eye Movements (movimientos rápidos oculares, y en español también se llama SUEÑO MOR).
El EMG (electromiograma) revela la desaparición del tono muscular, pero el resto de las funciones corporales y vegetativas se vuelven a activar.
La tensión arterial, la frecuencia cardiaca, la respiratoria, la temperatura corporal y cerebral y el consumo de oxígeno tienen niveles similares a los del estado de vigilia.
Los dos tipos de sueño NO REM y REM se van alternando cada 70 a 100 minutos, con un promedio de 90 minutos.
Al conjunto de las 4 fases NO REM y la fase REM se llama ciclo de sueño.
Un ciclo tiene en total una duración de entre 90 y 120 minutos. Este ciclo se repite cuatro o cinco veces cada noche.
En los primeros ciclos de la noche predominan las fases de sueño profundo, de descanso. En la segunda mitad de la noche predominan las fases 2 y REM. Esto significa que a medida que avanza la noche soñamos más, ya que los sueños se producen principalmente durante la fase REM.
FASE 1 Ocupa entre el 2% y el 5% del tiempo total de sueño
FASE 2 Ocupa entre el 45% y el 50% del tiempo total de sueño
FASE 3/4 Ocupa entre el 18% y el 25% del tiempo total de sueño F
ASE REM Ocupa entre el 20% y el 25% del tiempo total de sueño
RESILIENCIA: UNA HERRAMIENTA DE SUPERACIÓN
Resiliencia es la capacidad de una persona para adaptarse a las situaciones adversas con un afrontamiento activo y una mentalidad positiva y luchadora.
Es una herramienta vital muy potente (como el turbo de enfrentarse a los problemas) y entronca directamente con el autoconcepto de la persona, su consideración de ser capaz de afrontar problemas y dificultades de la vida diaria, sin hundirse, sin esconder la cabeza como un avestruz, confiando en su fuerza vital para superar o aceptar las situaciones.
La resiliencia es importante, ya no solo a nivel psicológico, sino que también, el no serlo, afecta físicamente a nuestro organismo.
A los niños podemos enseñarles a aumentar su capacidad de resiliencia con mensajes positivos sobre su valía personal, animándoles a resolver problemas y elogiando su fuerza y valentía en el día a día. De esta forma les enseñamos que los problemas tienen mayor importancia cuanto mayor es nuestro miedo y nuestra percepción de incapacidad para superarlos.
La personalidad de cada uno también tiene mucho que ver con la capacidad de ser resilente, de forma que en familias con varios hermanos, los pequeños, que suelen ser más independientes (a los que no se les esteriliza el chupete, sino que se sopla),aprenden a manejar las situaciones con un afrontamiento activo y confianza en sus propias posibilidades de superación.
Las personas no resilientes sufren ante cualquier avatar de la vida, todo les supera y suelen requerir ayuda externa para enfrentarse a las situaciones, sintiéndose que la vida les viene grande. Son personas que se hacen pequeñas ante los problemas, normalmente con una baja autoestima.
Afortunadamente los esquemas cognitivos que llevan a la persona a esa situación de indefensión aprendida (inmovilidad ante las situaciones adversas, falta de capacidad de respuesta), se pueden modificar, enseñando a la persona, a través de problemas basados en su experiencia vital y la respuesta que han dado en cada momento, a buscar otras posibilidades de afrontamiento, de forma que se vayan dando cuenta que poseen esa capacidad, y que superar las dificultades produce una sensación de control y confianza que revierte de forma directa en su sensación de bienestar.
Si te consideras “un cobarde” ante la vida, reacciona, mira a tu alrededor y pregúntate qué necesitas para coger los toros por los cuernos.
Para ello, será necesario que comencemos por conocernos y escucharnos. El autoconocimiento es una de las bases fundamentales de la resilencia, ello nos ayudará a tener un mejor concepto de nosotros mismos, y de nuestra capacidad para resolver las dificultades que se presentan.
MANDALAS. CUANDO COLOREAR NO ES SÓLO COSA DE NIÑOS
Una queja muy frecuente en los pacientes con ansiedad, estrés, depresión, ideas obsesivas al terminar una relación, preocupaciones recurrentes es: “no puedo dejar de pensar”.
Lo que quieren decir es: no puedo relajarme, no puedo sacarme los malos pensamientos de la cabeza.
Pensar puede ser bueno, y soñar despierto, increíblemente agradable, pero los pensamientos obsesivos agotan psíquicamente a la persona.
Necesitan técnicas que le ayuden a desconectar la mente, y algunas veces son incapaces de disfrutar de una sesión de relajación.
En este punto la arte-terapia puede ser una excelente herramienta terapéutica para producir esa desconexión con los pensamientos que nos atenazan y nos invaden.
Hay muchos tipos de arte-terapia, pero yo os quiero hablar de una que por su sencillez, es tan buena para niños como para ancianos, para trastornos de ansiedad como para superar un duelo.
Sencillo, barato y fácil: COLOREAR.
La explicación más técnica se basaría en el hecho de que el hemisferio izquierdo es el encargado de la racionalización, búsqueda de soluciones, y es el que está más activo cuando ponemos en marcha nuestra batería de preocupaciones. Sin embargo, el hemisferio derecho, que se suele emplear mucho menos, pertenece a lo no racional, el dirigido a las emociones.
NIVELES DE DIFICULTAD SEGÚN CARACTERÍSTICAS DEL PACIENTE
Con los niños se suelen utilizar mandalas sencillas. Son dibujos geométricos que tienen que colorear según sus preferencias. Tienen un nivel de complejidad ascendente, y ayuda tanto a niños con un exceso de actividad motora como aquellos que necesitan mejorar su atención.
En adultos, y centrándonos en aquellos que tienen algún tipo de pérdida cognitiva, les ayuda a ejercitar la mente, y relajarse.
Se pueden utilizar dibujos para colorear infantiles, con un grado de complejidad adecuado a la capacidad cognitiva que tiene la persona.
A veces necesitan guías para los colores (marcar pequeños puntos en las áreas que van a ser coloreadas), y en otras, si son dibujos con su representación en el mundo real, intentar que utilicen los colores que sean adecuados (partes del cuerpo color carne, labios rojos, etc).
En las personas que están sometidas a un alto nivel de estrés o tienen pensamientos obsesivos recurrentes, la concentración en la elección de colores, el trazo fino necesario, etc, hacen que se centren en una actividad lejana del mundo de sus preocupaciones, pudiendo ocupar ese espacio mental en actividades que les producen calma y satisfacción.
Los mandalas siguen siendo una buena elección, sin embargo, en los últimos años han salido al mercado libros para colorear para adultos que configuran pequeñas obras de arte, y que producen un enorme nivel de abstracción y concentración en los adultos, que al final de su “rato de colorear”, sienten las mismas sensaciones de tranquilidad que una sesión de relajación.
"El Jardín Secreto". Johanna Basfotd
NADA MEJOR PARA NO METER LA PATA QUE....CORTARTE LA PATA
El miedo a tomar una decisión incorrecta hace que algunas personas huyan de la toma de decisiones. Dotarlas de estrategias para afrontar la idea de que cualquier decisión que tome, la otra alternativa seguro que era mejor, es un tema recurrente en terapia psicológica
Leer másFOMENTO DE LAS HABILIDADES SOCIALES EN LA INFANCIA
Para aquellos niños que no tienen un amplio repertorio de habilidades sociales, disponemos de un programa de entrenamiento que les ayude a ser más hábiles socialmente.
Leer másSECUELAS PSICOLÓGICAS EN ACCIDENTES: LA HUELLA INVISIBLE
Ser víctima de un accidente de tráfico de gravedad (por ejemplo, con lesión medular que conduce a una paraplejia), suele conllevar una demanda judicial.
En estos casos la peritación de las secuelas físicas es relativamente sencilla: existen, de forma fehaciente lesiones, tiempo de recuperación, secuelas físicas, que pueden ser observadas y tasadas para la oportuna reclamación.
Las secuelas psicológicas son algo más complicado de evaluar. Nos encontramos con la realidad de un demandante, con unos abogados que defienden su caso y unos abogados que protegen los intereses de la parte contraria (culpables, aseguradoras, el Estado o cualquiera de sus órganos por negligencia...).
El afectado tiene que demostrar sus secuelas, y en el caso de la evaluación psicológica, al ser una evaluación basada en conductas, pensamientos o la demostración de trastornos psicológicos derivados de la condición médica post-accidente, es un trabajo que requiere minuciosidad y la aplicación de instrumentos psicométricos que demuestren la existencia de daño psíquico.
Es obvio pensar que una persona que pierde movilidad, tiene que reorganizar su vida, renunciar a muchas cosas que le llenaban, suele tener diferentes trastornos asociados a su nueva situación: se sucede la depresión, ansiedad, las etapas de duelo, en muchas ocasiones la agresividad, desesperanza, actitudes de aislamiento social, falta de intereses, etc.
Son situaciones que no se ven en una radiografía, se viven, día a día, a cada momento, como el primer pensamiento del día y el último de la noche. Condicionan en gran medida su vida, y no existe radiografía que pueda detectar este estado anímico.
No se puede ningunear esta realidad, porque afecta de forma muy negativa a la vida de la persona, que en muchos casos pierde muchos alicientes y tiene simplemente con conformarse con lo que le ha tocado vivir.
Tampoco podemos olvidar, al realizar el peritaje psicológico de las personas allegadas su estado anímico y sus fortalezas: hay personas (especialmente padres de chicos parapléjicos) con cuadros ansioso-depresivos de difícil tratamiento, y son personas a las que hay que llegar, atender, intentar normalizar su vida dentro de la situación existente.
SALA DE LECTURA
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ADOLESCENTES: "PISTAS" PARA SOSPECHAR UN TRASTORNO DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO
Especialmente en la adolescencia, pero también en otras etapas de la vida, puede aparecer un TCA (Trastorno del Comportamiento Alimentario). Las causas de su aparición son muy variadas: presión social, cánones de belleza impuestos, ver el éxito que tienen en redes sociales personas excesivamente delgadas, baja autoestima, bullying escolar… y podríamos seguir. En cualquier caso, la persona que está desarrollando un TCA tiene una serie de creencias erróneas a las que se aferran y que tienen que ser abordadas para conseguir que la persona que está desarrollando este trastorno, se plantee lo irreal de sus planteamientos y pueda desarrollar un sistema de creencias propio que le ayuden a conseguir “reconciliarse consigo mismo” y alcanzar su bienestar emocional.
Estas creencias irracionales se llaman “La Docena Sucia”. (T. Cash) ¿Reconoces alguna de ellas?
1. La bella y la bestia. Caracterizado por pensamientos polarizados sin aceptar términos medios: «O soy atractiva o soy fea», «O peso lo que quiero o soy gorda»
2. El ideal irreal. Los sentimientos de fealdad aparecen al compararse con los ideales que la cultura y la sociedad imponen en ese momento: «Debo tener la apariencia de una modelo de portada»
3. Comparación injusta. Compararse con gente que tiene las características que le gustaría tener: «Desearía ser tan atractiva como aquella persona», «esta persona me hace sentir tan fea».
4. La lupa. Se observa de manera detallada sólo las partes más negativas de la propia apariencia: «Mis caderas son tan horriblemente anchas que destruyen todo mi aspecto».
5. La mente ciega. Se minimiza o ignora cualquier parte del cuerpo que se considere atractiva: «él dice que tengo bonitos ojos sólo porque soy su amiga»
6. La fealdad radiante. Empezar a criticar una parte del cuerpo y seguir con otra y otra sucesivamente hasta destruir cualquier aspecto de la figura: «mis caderas, mi trasero, mis piernas...nada encaja con una imagen de mujer atractiva»
7. El juego de la culpa. Se culpa a la apariencia por cualquier fallo, fracaso o desengaño aunque no tenga relación con la figura: «Mi novio terminó la relación porque estoy tan gorda como una vaca»
8. La mente que lee mal. Se cree leer o interpretar el pensamiento de los demás en relación a algún aspecto del cuerpo: «La gente no es simpática conmigo por mi peso», «no tengo novio porque soy gorda».
9. La desgracia reveladora. Se trata de predecir calamidades y desastres por culpa de la apariencia: «Siempre fracasaré porque no tengo una apariencia suficientemente bonita»
10. La belleza limitadora. Poner condiciones a las cosas haciéndolas imposibles: «no puedo ir a esa fiesta hasta que no pierda 10 Kg»
11. Sentirse fea. Es el error de convertir un sentimiento personal en una verdad universal. El que una persona se sienta fea no quiere decir que lo sea: «soy la chica menos atractiva de la universidad»
12. Reflejo del mal humor. Consiste en traspasar el malhumor o preocupación causada por cualquier acontecimiento al propio cuerpo: «es un fastidio vivir con algunos kilos de más»
Aunque estos pensamientos no son exclusivos de la anorexia y la bulimia, su persistencia y credibilidad tienen un efecto causal en su desarrollo.
Cash TF y Deagle EA. (1997), The nature and extent of Body-image disturbances in anorexia nervosa and bulimia nervosa: a meta-analysis. International Journal of Eating Disorder; 22: 107-125
Debes estar alerta de quejas sobre el físico del adolescente, utilización de ropa muy ancha, ir al baño nada más comer, incrementar de forma exagerada la actividad física, quejas de que le duele la tripa para saltarse comidas.
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DISTORSIONES COGNITIVAS EN LA MUJER MALTRATADA
La Violencia de Género (VIOGEN) es un proceso doloroso con consecuencias psicológicas que se pueden mantener de poder vida.
Nadie puede predecir que su pareja se vaya a convertir en un maltratador, y en muchas ocasiones, su comportamiento previo al inicio del maltratato, ha sido tan "encantador" que confunde tanto a la persona maltratada como a su entorno.
Hay que tener en cuenta que el maltrato avanza por una serie de fases, que van unidas a un cambio de la percepción de la situación por parte de la víctima, que se aleja de la realidad, minimizando o negando la situación.
FASES DEL MALTRATO
1ª FASE
NEGACIÓN O MINIMIZACIÓN DEL PROBLEMA: "tenemos nuestros más y nuestros menos, en todas las parejas hay roces".
AUTOENGAÑO Y JUSTIFICACIÓN DE LA CONDUCTA VIOLENTA: "El maltrato es mucho más que recibir de vez en cuando una patada o un empujón, o los insultos, a mi no me pasa lo que a esas mujeres que salen por la tele"
JUSTIFICACIÓN DE LA CONDUCTA VIOLENTA: "Mi pareja es muy pasional y a veces se deja llevar por el enfado. su intención no era hacerme daño sino hacerme ver que tenía razón"
ATENCIÓN SELECTIVA A LOS ASPECTOS POSITIVOS DE LA PAREJA: "Él es mi único apoyo en la vida. Adónde voy a ir con mis hijos y quien me va a querer más que mi pareja"
2ª FASE
SOBREVALORACIÓN DE LA ESPERANZA DE CAMBIO: "con el tiempo cambiará. Hay que darle tiempo. En el fondo es buena persona. Cuando tengamos menos problemas se tranquilizará"
SENTIMIENTOS DE CULPA: "Me lo tengo merecido. Seguramente no soy tan buena pareja como debiera. Alguna vez me ha dicho que yo le provoco"
3ª FASE
JUSTIFICACIÓN DE LA PERMANENCIA EN LA RELACIÓN Y DEPENDENCIA EMOCIONAL: "Por un momento malo no vamos a tirarlo todo por la borda. Si dejo a mi pareja, ¿qué será de él? ¿qué será de nuestros hijos? ¿qué será de mí?. Estar en pareja también supone malas rachas", "Si no fuera violento sería el hombre ideal", sigo con él porque es el amor de mi vida"
RESIGNACIÓN: "Esto es lo que me ha tocado en la vida, mi única alternativa es seguir con él", "a los niños no les pega, y es buen padre", "el problema de mi pareja es el alcohol, si no bebiera sería un hombre maravilloso"
¿QUÉ OCURRE CON TODAS ESTAS DISTORSIONES COGNITIVAS DE LA MUJER MALTRADA?
El proceso de anulación de su personalidad, su baja autoestima y el convencimiento de su incapacidad para llevar otro tipo de vida, hace que permanezcan en el hogar, muchas veces sintiéndose culpables de la situación, pensando que hay algo malo de ellas que enerva a sus parejas.
Curiosamente piensan que sus parejas las quieren con locura, y les quitan la responsabilidad de sus actos, acusando al alcohol, tensiones en el trabajo o que ellas no consiguen proporcionarles un bienestar en casa que les haga sentirse bien.
No pocas tienen grandes dudas una vez que cesa la convivencia: comienza el periodo de "reconquista" en el que el hombre se muestra atento y cariñoso", y la mujer, que presenta problemas de dependencia y baja autoestima "cree" que realmente ha cambiado, iniciando en muchos casos un proceso de acercamiento y regreso a la convivencia.
Por todo ello, la mujer maltratada necesita terapia psicológica intensiva, que reconstruya su personalidad y le haga recuperar su dignidad y confianza, que pueda vivir su vida de manera tranquila, sin miedo al día a día, a cómo viene su pareja de la calle, con el alma siempre en vilo.
Un hombre que pega no es un hombre que quiere, o dicho de otra manera: ninguna mujer se merece una situación de maltrato. Antes es preferible vivir sola que denigrada, pero esto sólo lo sabe la mujer muchos meses después de salir de ese infierno.
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EL PATRON DE CONDUCTA TIPO A Y EL RIESGO CORONARIO
El patrón de conducta tipo A es considerado un síndrome de conducta o estilo de vida caracterizado por extrema competitividad, esfuerzo de logro, agresividad a veces esforzadamente reprimida, apresuramiento, impaciencia, inquietud, hiperalerta, explosividad de habla, tensión en los músculos faciales y sensación de estar bajo presión del tiempo y el desafío de la responsabilidad.
Las personas que presentan este patrón de conducta a menudo se vuelcan en su profesión, dejando otros aspectos de sus vidas descuidados.
Este patrón no es un rasgo de personalidad ni una reacción puntual a una situación desafiante, sino una disposición del carácter de la persona.
CARACTERÍSTICAS PATRÓN DE CONDUCTA TIPO A
Expresión de vigor, energía, vigilancia y confianza
Postura firme y caminar rápido
Voz fuerte y vigorosa
Habla tensa y respuestas concisas
Habla recortada, con fallo en el final de pronunciación de las palabras
Habla rápida y acelerada al final de las frases largas
Habla explosiva, con entonación enfatizada y a veces palabras malsonantes Frecuentes interrupciones con respuestas rápidas antes de que el interlocutor termine la pregunta
Habla apresurada en la forma de decir "sí" o por movimientos de cabeza
Uso de las manos para enfatizar la conversación
Todas estas características del Patrón de Conducta Tipo A suponen un riesgo de accidente cardiovascular. Aprender mediante terapia psicológica a modular el carácter, los hábitos y la conducta, llevando una vida más relajada, puede tener extraordinarios beneficios sobre la salud cardiovascular de la persona.
TRATAMIENTO TRASTORNO ADAPTATIVO. UNA APROXIMACIÓN
Esquema orientativo sobre el procedimiento de tratamiento psicológico de un Trastorno Adaptativo
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